La dirigencia de Boca Juniors está necesitada de dinero y comenzará a vender el césped de La Bombonera para recaudar dinero que sirve para costear un dudoso proyecto.
La presión de la opinión pública tras el papelón de la inundación de La Bombonera en el Boca – Racing de este campeonato obligó a la dirigencia a moverse para reformar el drenaje del campo de juego. La obra comenzará en este mes y puede que deje al Xeneize sin algunos partidos de la Copa Libertadores sin localía en el templo. En el medio de esta necesidad apareció el negocio: quieren vender el césped para costear el predio de Ezeiza.
Cada pedazo de parcela se venderá a 200$ a partir del próximo martes en el predio de Casa Amarilla, mientras que el resto se entregará luego de la fiesta del 12/12. En vez de regalarlos a los hinchas, el club decidió hacer dinero para recaudar dinero para realizar la obra de Ezeiza. Una construcción que incluye más de una decena de canchas de fútbol, pero que no aportan comodidades para que el socio y el hincha sin carnet puedan asistir. Ubicado en un territorio que en un años dejará de ser de Boca y que poco tiene que ver con el barrio y los colores.
¿Es necesario construir tantas canchas cuando nunca hubo problemas de ese tipo con Casa Amarilla? ¿Es fundamental hacer un predio tan lejos de La Boca y que sólo piensa en el fútbol sin aportar más variantes para la realización de otros deportes y de los socios? ¿Es honesto vender el césped del templo para justificar lo que la dirigencia no logró proyectar económicamente y que se les fue de las manos?
Esta decisión comercial pierde peso cuando se conocen sus fines. Seguramente que si la propuesta fuera la de agrandar La Bombonera habría otra participación de los hinchas, que pondrían dinero sin pedir nada a cambio más que el placer de saber que le están haciendo un bien a Boca.
Hasta el pasto, porque todo tiene precio y nada le pertenece al socio ni al hincha.
