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Semillero Xeneize

La hora de la 2002

Te compartimos los detalles detrás de lo que podría ser un par de debuts esperados.

La caída ante Talleres marcó la pérdida del invicto que tenía Russo como técnico en este segundo ciclo en la institución. Pero, además, sirvió para tocar una problemática que no responsabiliza al entrenador únicamente y que viene arrastrándose desde hace años, como es el pésimo manejo de las inferiores de Boca Juniors y de la administración del talento propio. Esto se resaltó porque el conjunto cordobés utilizó hasta seis futbolistas formados en la cantera del Xeneize en ese encuentro, con Fragapane, Retegui, Tenaglia, Pochettino, Komar y Soñora, que anotó el único gol. Ese número duplicó el total que utilizó el azul y oro esa noche, ya que solo tuvo en cancha a Tevez, Capaldo y Obando, en una situación que seguramente se haya repetido muy pocas veces en la historia del club.

El gol de Joel Soñora también sirvió para volver a poner en escena la pelea de su padre Chiche, hoy coordinardor temporal de las inferiores de Boca, con Rolando Schiavi. Aquella disputa ocurrió porque el Flaco casi no lo citaba al juvenil a la reserva, aún cuando el chico brillaba en su categoría y en la Sub-20 de Estados Unidos, provocando las dudas sobre cuál era el requisito para alcanzar lo que debería ser la selección de la cantera del club.

Por otro lado, el 0-1 con Talleres también sirvió para exponer las turbias negociaciones entre la gestión de Angelici y la de los cordobeses en los pases de Olaza y de Reynoso. En ellas, el xeneize regaló a futbolistas como Pochettino, Komar, Palacios y Cubas, entre otros, para poder cerrar dos operaciones que no tuvieron resultado positivo.

Pero, más allá del pasado, esa derrota significó que Russo mirara para adentro y repensara algunas decisiones centradas en el talento que tiene hoy a su disposición. En la victoria contra Caracas por 3-0 se lo criticó por no darle ni un minuto a los cuatro juveniles (Zeballos, Molinas, Roldán y Varela) que estaban esperando en el banco su chance de debutar. Esa noche el equipo ya goleaba al cabo del primer tiempo, ya se había asegurado una fecha antes clasificar a octavos como primero, pero aún así el entrenador no utilizó a ninguno de los chicos y hasta se guardó un cambio. Esa decisión inmediatamente provocó revuelo interno entre los trabajadores de inferiores y en una parte del Consejo de Fútbol, en la que todos coincidieron puertas adentro en que se desperdició la ocasión ideal para que las promesas tengan su espacio, se sientan valorados y puedan actuar con un contexto ideal.

Todas estas situaciones que se reflejaron por la caída contra Talleres parecen haber encontrado una respuesta de Russo. Si bien el entrenador, por su experiencia y personalidad, no habrá cambiado por una presión mediática si no por una planificación y necesidad,  parece que este viernes contra Lanús hará debutar, y como titulares, a dos de las más grandes promesas que tiene el club: Exequiel Zeballos y Cristian Medina, ambos de la categoría 2002.

Zeballos no ha debutado pero ha logrado que muchos hinchas de Boca lo conozcan por su gran rendimiento en los partidos de inferiores y los distintos combinados de la selección Argentina. Sus características también son llamativas por naturaleza, ya que se destaca por el desequilibrio en el uno contra uno, su pegada, su bicicleta y su inventiva. Desde chico ha brillado actuando a pierna cambiada como extremo por izquierda, puesto en el que se espera que Russo lo utilice, aún cuando en algunos entrenamientos del pasado lo paró por la derecha. El Changuito puede ser un futbolista que marque una etapa en el club si es que mantiene su frescura y su descaro en la primera división.

Con Cristian Medina la situación es un poco diferente. Si bien él también brilló en las inferiores de Boca y en la Sub-17 de Argentina, siendo el gran socio histórico que ha tenido Zeballos, su aparición en la primera división tendrá que ser mirada con mucha cautela. Esto se debe a un tema estrictamente táctico, ya que es un enganche que Russo quiere adaptarlo al puesto del doble cinco, como ya lo ha hecho en el pasado con Banega. El Negro, como lo apodan, es un organizador de juego clásico, de mucha técnica y visión, pero que no tiene la capacidad de recuperación ni el recorrido tan característico de este puesto. Habrá que tenerle paciencia al juvenil y confianza al entrenador, que si hay algo que conoce a la perfección es esta posición en el que el mismo brilló en su etapa como futbolista.

El contexto ayuda a que esto ocurra, porque Boca el miércoles irá a Brasil a jugar contra el Inter los octavos de final de la Libertadores y hay que cuidar titulares. Pero, como hemos marcado, hubo situaciones similares en el pasado y la decisión fue otra con respecto a los chicos. De hecho, Russo este año solo hizo debutar al defensor Gastón Ávila, que si bien no es producto de las inferiores porque llegó para jugar directamente en reserva desde Rosario Central, no había tenido hasta este 2020 su chance de actuar con los profesionales. El zaguero había actuado apenas 8 minutos en la pasada Superliga y este viernes volverá a tener una oportunidad, siendo también titular y otro de los focos a seguir por su gran potencial.

Russo parece decidido a que sea la hora de la 2002 de Boca. Zeballos y Medina tienen el talento para que su irrupción no sea efímera. Esperaron y merecieron esta ocasión desde hace bastante tiempo, y ahora que les llegó, todo depende de ellos y de la pelota.

 

 

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