La vacuna Russo

Te contamos los detalles detrás de lo que fue otra gran actuación del Xeneize en el máximo torneo internacional.

Boca Juniors derrotó por 2-0 a Racing en La Bombonera y pasó a la semifinal de la Copa Libertadores. El Xeneize, que había caído en la ida por 1-0, tuvo una actuación sensacional y se quedó corto en el resultado. ¿Los tantos? Eduardo Salvio y Sebastián Villa de penal.

La vacuna Russo llegó en el momento justo para cortar la pandemia futbolística que estaba teniendo Boca. El entrenador recapacitó y regresó a la formación y a los nombres que le dieron el campeonato, en una decisión que fue determinante para que el equipo recupere su nivel colectivo y logre avanzar con total merecimiento a la siguiente etapa.

Las variantes fueron dos: poner a Soldano por Cardona para que Tevez tenga una referencia por delante, y al Pulpo González por Capaldo, intentando emular lo que supo hacer Pol Fernández durante la Superliga 2019/20. Esas variantes, más que nada de características, sirvieron para que Boca recupere el funcionamiento. Fuera de eso, Russo utilizó a los extremos cerrados a la hora de la salida, generando amplitud con los laterales e incomodando a Racing que perdió el medio y el dominio del juego. Además, hubo una presión alta asfixiante y un mayor retroceso de Salvio y Villa para colaborar defensivamente a la hora de perder la pelota.

Todo ese combo táctico se reflejó inmediatamente en el desarrollo del juego, ya que Boca en los primeros 20 minutos ya hizo figura al arquero Arias, quien terminaría siendo determinante para que Racing no se vaya de La Bombonera con una goleada histórica. El chileno le tapó un pie a mano a Soldano, dos remates difíciles a Tevez y otro a Villa en ese lapso.

Tanto empuje, juego y merecimiento tuvo un premio en la red. El mismo se inició de un gran anticipo ofensivo de Izquierdoz, una buena apertura para Jara y un centro que Villa metió al medio y Salvio definió de cabeza para superar a Arias. Ese tanto servía para igualar la serie, pero Boca siguió yendo por más y no culminó ese etapa con otro grito porque Arias siguió siendo figura.

El susto durante el complemento no pasó por el peso de Racing, si no por la lesión del Pulpo González. El volante era de los mejores de Boca, haciendo jugar a todos y ordenando al equipo, por lo que el ingreso de Capaldo en su lugar marcó incertidumbre sobre si el pibe iba a poder mantener esos aportes.

Si bien Capaldo cumplió otro rol, Boca siguió atacando, incomodando a Racing y haciendo de Arias el único escollo que evitaba el pase a la semifinal. Afortunadamente el equipo nunca bajó los brazos y, a través de una gran jugada colectiva, el delantero Lisandro López terminó bajando dentro del área a Eduardo Salvio, en una infracción que el colombiano Roldán no dudó en sancionar. Ahí Villa, por decisión de Tevez, remató cruzado y muy bien, superando al arquero que logró adivinar, pero que no pudo ante la justeza del remate.

Russo siguió con los cambios, utilizando a Cardona por un cansado Salvio y a Buffarini por Jara. Racing, que ya estaba quedando eliminado con ese gol, empezó a ganar protagonismo y tuvo su primera situación real con un remate de media distancia de Alcaraz que Andrada resolvió muy bien. Fuera de eso, la transmisión, con Closs a la cabeza, reclamó un penal de Lisandro López que tanto Roldán y el VAR verificaron que no existió.

Ya en el cierre Boca se dedicó a controlar la pelota, dormir el partido con infracciones y cerró un nuevo pase a semifinales. Russo reaccionó, el equipo despertó y ahora buscará superar a Santos para volver a ir al duelo por el título.