Boca empató con Vélez 1-1 en la Bombonera. Insúa había adelantado al Fortín pero Blandi, tras un jugadón de Sánchez Miño (se fue expulsado) empató. El equipo de Bianchi fue superior y sufrió un pésimo arbitraje.
Fecha a fecha el asombro ante las situaciones arbitrales va creciendo. Pese a que las actuaciones nefastas de los árbitros son una constante, es imposible no sentir sorpresa ante los fallos parciales en jugadas claras. Carlos Maglio se sumó a la eterna lista de jueces que tienen cobros severos en contra de Boca Juniors en el Torneo Final. Esta noche, en el encuentro ante Vélez, la máxima autoridad del partido, permitió dos patadas sin pelota y un codazo hartero de Fabián Cubero ante Sánchez Miño. El lateral de la visita pegó lleno de impotencia por sufrir un verdadero baile protagonizado por la zurdo del jugador de Boca. Como si esto fuera poco, ante una reacción similar del juvenil Xeneize hacia un jugador del Fortín, sí hubo expulsión. ¿Qué hacen los dirigentes del Xeneize en la AFA?
Boca jugó un gran partido ante Vélez. Desde el primer minuto demostró una gran actitud ofensiva, logrando un corner en el que Blandi cabeceó apenas por arriba del arco de Sebastián Sosa. Por la izquierda, con Sánchez Miño como bandera, y con Clemente y Erviti de escuderos, el Xeneize llegaba constantemente con peligro a la defensa de los de Liniers.
Como le viene sucediendo, en la primera jugada del rival, y con un fallo del árbitro, Vélez se puso en ventaja. Maglio no sancionó una durísima infracción de Razzotti a Martínez, pero si un inexistente foul de Caruzzo a Ferreyra. Federico Insúa ejecutó perfectamente la falta para poner a su equipo arriba por 1-0. El enganche del Fortín lo celebró con los brazos en alto y se ganó el repudio de todos los Bosteros que no le perdonaron semejante traición: si jugaste en Boca, nunca le gritás un gol.
Hubo reacción rápida por parte de Boca. Sánchez Miño comenzó a tener una actuación sobresaliente y con una jugada sensacional suya en la que humilló a Cubero con tres pisadas. Blandi convirtió de cabeza el merecido empate Xeneize.
Desde la igualdad hasta el final del partido todo fue para Boca. Sebastián Sosa, el arquero de Vélez, comenzó a ser la figura del encuentro al tapar varias situaciones claras de gol.
El gran protagonista apareció con todo su esplendor. El árbitro Carlos Maglio omitió tres jugadas violentas de Fabián Cubero a Sánchez Miño sin pelota y por la bronca que tenía el lateral de Vélez al no poder parar al jugador de Boca. Lo sí vio fue un supuesto codazo del 34 de Boca a Romero, al que castigó con la tarjeta roja. Además, el juez no cobró un claro penal de Sebastián Domínguez a Lautaro Acosta cuando el partido se terminaba.
No mereció ni empatar. Boca jugó un gran partido y mereció irse con una victoria en su estadio. Uno que le permitiera superar a Vélez en la tabla para comenzar a tener una posición final más acorde a la historia del club azul y oro. Pero con una actuación tan parcial del árbitro, es imposible. Maglio no quiso.
