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Curiosidades

Papá Guillermo

Tanto dentro como fuera de la cancha, el Mellizo siempre fue un verdugo para River, su víctima favorita. Conocé sus números.

Si hay un protagonista clave en la historia de los Superclásicos durante los últimos veinte años, ese es Guillermo Barros Schelotto, quien se destacó como un especialista a la hora de arruinarle la existencia al Millonario. Más allá de hacerlo representando al Xeneize, también se volvió insoportable para los de Núñez usando la camiseta de Gimnasia de La Plata y el buzo de entrenador de Lanús.

Tras haber llegado al club de la Ribera a mediados de 1997, su primer Boca-River fue el 24 de enero del año siguiente cuando empataron sin goles por un partido amistoso disputado en el José María Minella de Mar del Plata, resultado que presenciaría nuevamente a las dos semanas en el Malvinas Argentinas de Mendoza.

El debut oficial del Mellizo en un Superclásico se dio en abril de 1998 por la décima fecha del Torneo Clausura: con La Bombonera como escenario ideal, arrancó como titular en el equipo del Bambino Veira y salió a los 78′ en lo que terminó con victoria 3-2 para el local con goles del Pájaro Caniggia, Martín Palermo y el Vasco Arruabarrena.

Hace diecisiete años fue la primera vez que Chapita se conectó con la red en un encuentro de esta magnitud, luego de capturar un rebote que quedó flotando en el área riverplatense a los 38′ del primer tiempo, en el Clausura que inició un nuevo siglo. Siete minutos más tarde, su hermano fue expulsado y Boca terminó empatando 1 a 1 en Brandsen 805, teniendo ya a Carlos Bianchi en el banco de suplente. A los tres días, jugaría los últimos 18′ de la ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores 2000 en el Monumental.

El ex delantero volvió a marcar de penal en la tarde del Topo Gigio en el Clausura ’01 cuando el Xeneize se impuso 3 a 0 en La Bombonera. Luego lo hizo por duplicado en el Clausura ’03 para empatar un choque que el equipo del Virrey perdía por 2 a 0 como local. También abrió el marcador en el triunfo bostero por 2 a 1 en el Clausura ’05 que se desarrolló en el Templo.

Además, Guillermo quedó en la memoria al ingresar a los 80′ en el Superclásico del Clausura ’06 e inventar un penal faltando dos minutos para que terminara el partido, jugada que le permitió a Martín Palermo empatar el cotejo en La Bombonera. El 15 de abril del año siguiente, entró a los 85′ y jugó sus últimos minutos con la camiseta azul y oro, precisamente ante River Plate y en la cancha que más lo celebró, despidiéndose después de diez temporadas en el club.

A pesar de sus mañas y picardías constantes, Chapita sólo vio la roja una vez contra el Millonario y fue en la Copa Desafío disputada en Mendoza en 2002. Sin embargo, sí hizo expulsar a Hernán Díaz, ayudante de Leonardo Astrada, en la vuelta de las semis de la Copa Libertadores 2004 gracias a su recordada frase “Ese señor que no se como se llama me esta insultando”. En ese encuentro también logró que Rubens Sambueza tuviera que abandonar el partido, logrando equilibrar a un Boca que tenía un jugador menos desde el primer tiempo por la doble amarilla que vio el colombiano Vargas.

En total, a lo largo de sus diez años en Boca Juniors, Guillermo Barros Schelotto presenció 33 Superclásicos: ganó diez, empató trece y perdió diez. Oficialmente, jugó 18 Boca-River, con un saldo de seis triunfos, siete pardas y cinco derrotas. Además, marcó cinco goles -todos en La Bombonera- y consiguió dos clasificaciones a la siguiente fase de la Copa Libertadores.

Ya como entrenador del Xeneize, el Mellizo dirigió dos 0-0 consecutivos, uno en el templo y otro en el estadio de River. Luego, a fines del año pasado, volvió a visitar Núñez por la 13° fecha del actual campeonato y le dio una paliza al Millonario al golearlo 4-2 con el que se afirmó en la cima de la tabla de posiciones. Poco le importó a Guillermo la derrota amistosa que sufrió en enero pasado en Mar del Plata, aunque sí sufrió la caída por 3-1 como local en mayo por la 24° fecha.

Paternidad más allá de los colores

Tres años antes de vestir la camiseta azul y oro, Guillermo ya era odiado por la parcialidad riverplatense. Jugando para Gimnasia de La Plata, su club natal, le marcó el último tanto de la goleada 3-1 con la que el Lobo venció al Millonario y ganó la Copa Centenario 1993, torneo oficial no regular organizado por la AFA en conmemoración del centenario de su fundación.

Para agregarle otro capítulo a este historia, en su primer experiencia como director técnico, el Mellizo visitó el Monumental al mando de Lanús, le ganó a River con un contundente 3 a 1 y lo eliminó de los cuartos de final de la Copa Sudamericana 2013, título que terminaría llevando a las vitrinas del Granate.

En River cuando ven a Guillermo tiemblan. ¿Podrá este domingo estirar su paternidad?

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