Un nuevo ídolo es homenajeado para quedar inmortalizado por siempre dentro de las paredes del templo de los Xeneizes.
Rubén Suñé marcó el gol más importante en la historia de los Superclásicos. Lo hizo en un día como hoy, pero 40 años atrás, cuando Boca Juniors derrotó por 1-0 a River Plate en la final del Torneo Nacional de 1976. Una avivada suya se transformó en un golazo de tiro libre que dejó impotente al Pato Filiol. Semejante hazaña le hizo meritorio de una estatua que el club inauguró esta noche en el Museo de la Pasión Boquense.
El «Chapa», que habló con nosotros esta semana, tuvo dos períodos en el club: 1967- 1972 y 1976-1980. Durante esos años disputó 377 partidos, logrando cinco títulos nacionales y tres internacionales, incluyendo dos libertadores y una copa intercontinental. Además, anotó 36 goles oficiales, cifra monstruosa tratándose de un lateral por derecha o volante central.
