Zenón: «Todavía cuando me veo en el espejo con la de Boca no lo puedo creer»

¿Qué significa estar en Boca?

«Estoy contento de estar acá. Es un sueño que desde chico soñaba. Cada vez que entro a la cancha lo intento hacer con responsabilidad, ayudar al equipo con lo que necesite».

¿Cómo vivió su pase?

«Lo manejé tranquilo, pero también ansioso. Cuando me lo dijo mi representante estaba ansioso porque yo y toda mi familia somos hinchas, Después intenté estar tranquilo, intentar entrenar y pensar en mí. En Unión me tocó tener altos y bajos rendimientos, por suerte hace un tiempo logré manejar esos niveles y hoy me toca estar tranquilo y disfrutando. Antes no podía disfrutar mucho el jugar, antes pensaba mucho qué diría la gente si erraba un pase o algo. Ahora estoy en una etapa de madurez donde disfruto jugar. Trato de aprender y así es cómo lo vivo, jugando y si me equivoco intentar en la otra jugada y no quedarme con esas cosas».

«Se ayudó mucho. Le quemás la cabeza al representante, le rompés las bolas todo el día al Presidente para ver cómo venía. Se dijeron muchas cosas, que no había ido a entrenar y no es así. Siempre intenté respetar el club que me dio todo y a sus hinchas. También de respetar a Boca, no podía a dormir a la noche esperando que se dé todo. Cuando uno sabe que ya está quiere hacer todo lo posible para estar con el grupo, los entrenamientos e ir acomodándose. Por suerte ya estoy acá».

El predio de Boca: 

«Fue hermoso porque todos queremos estar acá. Desde que llegué quería ver las instalaciones y cómo era todo. Todos me recibieron muy bien, los seguridad, cocineros, utileros, cuerpo técnico y la gente del club. Me hicieron sentir bien apenas llegué».

Entrenar con pibes de todas las categorías:

«Por ahora no me tocó que los chicos me pidan fotos. Es muy lindo ver a todos los chicos entrenando, es algo que no pasa en ningún otro lugar del mundo».

¿Qué cambió en su llegada a Boca?

«Me cambió un montón estar en Boca. Hace unos días me mandaron en mi ciudad Goya, que mandaron a hacer camisetas con mi nombre, es algo que  me sorprendió, nunca me pasó. Es único, pero intento tomármelo con tranquilidad. Le digo a mi familia, a mi novia, que cuando me veo en el espejo con la camiseta de Boca no lo puedo creer. Es tanto lo que soñaba que te da adrenalina y ganas de jugar».

La Bombonera:

«Trato de estar tranquilo, tengo esas ganas de jugar en La Bombonera de este lado, con este club y esta camiseta. Lo he vivido del otro lado, pero estoy un poco ansioso, con ganas de entrar a ese vestuario y estar con la gente. Es verdad que mete miedo La Bombonera, pero es hermoso a la vez. Siempre que me tocó venir acá lo disfruté muchísimo, miré todo, cómo la gente cantaba. Lo disfruté mucho».

Riquelme y su admiración:

«La primera vez que lo escuché hablar fue por una llamada. Sólo le podía decirle gracias, no sabía qué decirle. La vez que lo vi en el estadio lo miraba a cada rato, estaba feliz y parecía un nenito. Estoy muy contento de conocerlo, gran persona y jugador».

Sus metas:

«Mi meta es ponerme bien físicamente, ayudar al equipo para todo lo que me necesite. Ayudar al club a conseguir cosas importantes, es mi meta y la de todos. Siempre trato de estar tranquilo, vivir día a día y disfrutar. Creo que las cosas siempre van a salir bien si uno hace las cosas como corresponden».

Su referente actual:

«Me gusta mucho Kevin De Bruyne. Tiene un estilo de tranquilidad, visión, golpeo de pelota. Me gusta mucho su juego».

Cavani y sus compañeros de jerarquía:

«Cuando vine a Boca lo primero que les pregunté a los delanteros a qué lugar van. Si van al primer palo, al segundo o al espacio. Saber eso me ayuda a que, una vez que recibo de frente al arco contrario, poder asistirlos al ver sus movimientos. Mientras más lo conocés es más fácil, apenas levanté la cabeza ya sabía que Cavani iba a picar ahí».

«Es una locura, porque tiempo atrás mientras miraba el partido, Chiquito Romero, Cavani, Rojo estaban jugando en Europa. Es muy fuerte hoy jugar con ellos».

«Cuando lo ves (a Marcos Rojo) decís ‘qué locura’. Yo lo tengo enfrente todos los días, no compartí tanto porque está con lesión. Pero él, Cavani, Chiquito son jugadores que han jugado Mundiales, en Europa. Trato de verlos y de copiar ejemplos. Ellos son jugadores más grandes, vivieron más etapas y tomo cosas que hicieron para seguir creciendo».

Diego Martínez: 

«El cuerpo técnico son como personas excelente. Es un gran grupo, siempre intentan ayudarnos, están en todos los detalles y está en cada uno explotar el rendimiento dentro de la cancha».

Sus hobbies:

«Me encanta la pesca. Entiendo, pero también soy de los que acompaña. Mi hermano es el que más sabe, me gusta ir, acompañar, la paz y el fuego. Si no saco nada no pasa nada. Me gusta jugar a la play, soy más del Fornite que del FIFA. Me traje una PC para jugar, pero todavía no me acostumbro a jugar con el teclado, jaja. Me traje la play también igual, je. Por la tarde después de la siesta tengo un tiempo libre y le meto. Suelo jugar con amigos que me quedaron de Unión, también hay varios de acá como Marquitos (Rojo), Briasco y Frank (Fabra)».

¿Qué número usaría si pudiera?

«A mí siempre me gustó el número 10. En Unión la pedí porque me encantaba el número, no la usaba nadie y me la dieron. Acá sé que es un número muy fuerte. Sé que la tiene Edi y nunca se la pediría, sólo me gusta el número».

Lo mental y lo que creció:

«Pelear el descenso te fortalece un montón. Lo que hemos pasado, pelear esas situaciones, te hace fuerte de todos lados. Aprendés muchas cosas, te jugás muchas cosas también como el prestigio y no es fácil. En lo personal me ayudó un montón, ahí de verdad la pelota quema en esa instancia. En la última fecha era ganar o ganar, no quedaba otra, te jugaban muchas emociones, te pasan las cosas por arriba porque no sabías si se termina todo ahí. Me lo tomé muy bien de la cabeza, aprendí mucho de cada entrenador y compañero de Unión. Trato de tomar todas esas cosas para aprender de mi lado y hacerlo. Está bueno, por más que haya llegado hace poco, mirar a mis nuevos compañeros, aprender de ellos y ver dónde quieren la pelota por ejemplo».

«En Unión pensaba más en qué pensaba la gente de mí, si erraba un pase, si jugaba bien o mal. Eso estaba en mi cabeza, el año pasado al pelear el descenso me hizo más fuerte de cabeza. El tener que aprender a manejar las presiones en la cancha me hizo crecer un montón, a estar tranquilo, a jugar, a tener libertad y que todos nos equivocamos sin importar la edad. Que lo importante es seguir intentando y sumar».

«Por suerte mi familia, y la de mi novia, me dan respaldo de los dos lados. Son importantes para poder superar las cosas que no son buenas».

«Es fundamental que me acompañe mi familia. Cada futbolista tiene como sostén a la familia y la gente que está a tu lado. En los buenos momentos aparece mucha gente, pero en los malos sólo está la familia y el vecino que te acompaña. La familia es la que te baja los humos, te respalda, te educa, hace todo. Tengo una familia que me acompaña siempre, que me respalda».

¿Le da bola a las redes?

«No le doy mucha bola a Instagram, tengo amigos y conocidos que si no les contesto se enojan. Así que intento estar atento con ellos siempre».

Kily González, su último DT en Unión:

«Estaba muy contento de venir acá, él me ayudó mucho, me aconsejó mucho. Él estuvo acá, me dijo que el mundo Boca me iba a cambiar la vida. Me dijo que no es lo mismo jugar en Unión que en Boca, que la gente te conoce en todos lados, la gente te recibe en todos lados y hay que estar tranquilo. Me dijo que Boca buscaba jugadores atrevidos, que intente siempre ir para adelante. Traté de escucharlo y de aprender para llevarlo acá de la mejor forma. Es un tipazo, lo quiero mucho. Un genio».
El nivel de Boca:
«Con Sarmiento nos fuimos con bronca por todas las situaciones que tuvimos y las ganas que teníamos de ganar. El fútbol por suerte te da revancha rápido y pudimos ganar contra Tigre. También fuimos muy superiores a ellos con varias situaciones a favor. Hay que seguir por este camino».

Lionel Messi:

«Tengo un tatuaje de él. Lo conocí cuando fui a la Sub-23 y tuve que pedirle una foto, je».