The last dance

Se cumple un nuevo aniversario del encuentro que marcó el final del paso del mejor jugador de la historia del club.

De espaldas y sin tocar la pelota, todo con un simple amague y producto de su genialidad, Juan Román Riquelme realizó un caño único que humilló a Izquierdoz y que provocó una inmediata ovación de La Bombonera. Un instante mágico que solo fue un lujo sensacional dentro de una muestra aún mayor. Fue el último baile del máximo ídolo de Boca Juniors, que al retirarse del patio de su casa en esa victoria por 3-1 ante Lanús, marcó su adiós y el cierre de la etapa más brillante del club.

Román no pudo retirarse en Boca ni cumplir con la promesa de su hermano Cristian de jugar hasta los 40 años. Esa actuación sensacional contra Lanús fue su despedida sin aviso. Él, un estratega tan brillante, no tenía pensado que ese fuera su fin en Boca; pero lamentablemente en esta historia el villano tuvo triunfo: Daniel Angelici no le quiso renovar el contrato y lo dejó libre.

El ex dirigente había querido sacar a Riquelme del club en ocasiones previas, incluso llegando a renunciar a cargos para meter presión a sus pares de comisión. En esas ocasiones no tuvo éxito, pero ya con todo el poder a su alcance, pudo cometer su deseo. Fue así que el 10 tuvo que irse a Argentinos Juniors a cerrar su carrera. Etapa que también tuvo excelencia y que culminó con él consiguiendo el ascenso del club que lo formó en inferiores.

El tiempo puso las cosas en su lugar. Hoy, seis años después de ese partido, Juan Román Riquelme se encuentra nuevamente en casa y es el flamante Vicepresidente segundo que fue clave en lo deportivo para que Boca le gane un campeonato épico a River Plate. Su elección de Russo y su ayuda para potenciar a Tevez, fueron algunos de los destello con lo que demostró una vez más su enorme capacidad sobre el fútbol y el club. Por otra parte, aquellos que lo obligaron a irse, se encuentran en el ostracismo y con el resquemor eterno por parte de la mitad más muchos.

Inicio y despedida con ovaciones. Todos los títulos posibles, infinidad de asistencias, goles y obras de talento. Líder, ganador, jugador de clásicos y finales, estratega erudito. Juan Román Riquelme será por siempre el futbolista a igualar y que marca lo alto que es lo máximo a lo que hay que llegar para sentarse en su mesa y ser el más grande del único gigante.