Un triunfo para reaccionar frente a Talleres

Te contamos los detalles detrás de lo que fue otra actuación del único grande.

Boca Juniors superó por 1-0 a Talleres en La Bombonera y cortó la racha de cinco encuentros sin ganar. Fue en el debut de Hugo Ibarra como técnico en casa y por un penal muy bien ejecutado a través de Marcos Rojo. El equipo no jugó bien, pero logró un triunfo decisivo en lo mental.

En la previa muchos esperaban un clima de hostilidad, pero como siempre, La Bombonera apoyó al equipo y no generó una presión extra. Sí hubo menos muestras de amor para algunos jugadores, como Benedetto, que no fue ovacionado al salir a la cancha. Sacando esos detalles, la gente alentó sin parar y fue clave para que el Xeneize sacara adelante un partido complicado por el contexto.

A los cinco minutos hubo un gran pase de Óscar Romero, que arrancó de extremo en un 433, para Darío Benedetto que culminó en penal. El delantero controló de pecho y Pérez se llevó la pelota con la mano, provocando que el árbitro Dóvalo no dude en sancionar la infracción. Ahí el Pipa se hizo cargo, aunque de nuevo sin efectividad, ya que su remate dio de lleno en el travesaño.

A partir del fallo de Benedetto, como pasó con Corinthians, Boca se cayó, perdió la intensidad de los primeros minutos y el juego se emparejó. Desde ese momento el equipo se repitió en los vicios de siempre, pesando todo el juego en Villa y su desequilibrio, dejando de lado a los volantes y la banda derecha. En el medio hubo otra polémica, por un pase de pecho de Pipa a Pol, que sacó un remate que fue bloqueado por la mano de Pérez, el árbitro no vio y el VAR de manera increíble no lo llamó.

En el complemento el partido se acható y recién Boca volvió a posicionarse de otra manera por medio del ingreso de Zeballos por Ramírez. A través de la electricidad y las ganas del pibe el equipo se despertó y volvió a ponerse en actitud ofensiva. Ahí hubo una clara, con Benedetto que recibió de Advincula y sacó una media vuelta que se fue apenas elevada. También otra con Rojo, que tomó un rebote de otro centro del peruano y sacó un disparo que con el desvío se fue al lado del palo.

La diferencia la logró Boca a través de un penal, que Benedetto no pateó porque fue el receptor de un durísimo pisotón de Pérez que lo lesionó. El árbitro Dóvalo no lo cobró de una y fue por medio del VAR que cobró la infracción y la roja para el central de Talleres por doble amarilla. Rojo fue el ejecutor, vio al arquero tirarse a su izquierda y acomodó con jerarquía el disparo al otro palo para el 1-0. Eufórico en su festejo, el central se besó la camiseta por primera vez desde que arribó.

A partir del gol hubo un remate en el palo de Pol Fernández y un par de contras, ya con Vázquez en cancha, que el equipo no logró aprovechar. ¿Y Talleres? Nada, un disparo de lejos de Esquivel y otro de Valoyes que Rossi respondió con facilidad.

Boca ganó, no jugó bien, pero sumó un triunfo clave para empezar a recuperarse en lo mental y anímico. Ahora el plantel deberá seguir trabajando porque las crisis ni las polémicas tienen lugar en este club, que sigue obligado a ganar el título, la Copa Argentina y todo lo que le toque por jugar, como marca la historia.