Te contamos los detalles detrás de lo que fue otro partido del único grande.
Boca Juniors empató por 1-1 con Lanús en La Bombonera y lleva apenas dos victorias en los últimos once partidos. El gol de Lucas Janson no alcanzó, el equipo no escala en la Copa de la Liga y se llevó un resultado lógico por los errores de Almirón.
Una vez más el entrenador puso un equipo que no entrenó y, como le viene sucediendo, no hubo juego colectivo, los delanteros siempre aislados, lejos del arco y sin pase. Dependiendo de la creatividad y sin ningún moviento ensayado que potencie virtudes.
Boca logró la ventaja por una pelota parada que Barco ejecutó muy bien y que Janson transformó en gol con un cabezazo. Lejos de agrandarse, el equipo se repitió en su postura pasiva e hizo que Chiquito Romero sea importante.
Para el segundo tiempo el DT cuidó a Barco y sacó a un Pol Fernández que hizo todo mal. Puso a Campuzano, corrió a Equi de cinco a interno, e hizo entrar a Medina.
Al equipo le costó, dejó crecer a Lanús por insistir en salir jugando con los centrales en el área chica y llegó el empate de Díaz. Jugada polémica, que pareció offside y que el VAR convalidó tras mucho análisis.
Sobre el cierre Boca tuvo una clara con Janson, un par de tiros libres de Zeballos, un cabezazo de Weigandt y tres de Benedetto, quien entró con Bullaude y Advincula por Cavani, Janson y Equi Fernández.
Otro empate, otra sensación de impotencia por lo mal que juega el equipo, por cómo no aprovecha ventajas y se acuerda tarde de atacar. Ahora se viene la serie con Palmeiras y el Superclásico, plata o mierda, Boca – y Almirón – se juega todo.
