Empate agónico en Rosario para romper la racha negativa

Te contamos los detalles detrás de lo que fue otra actuación del único grande.

Boca Juniors empató de manera agónica ante Central en Rosario por 2-2 y rompió la racha de derrotas que tenía en la Liga Profesional. El equipo supo levantar dos desventajas, un arbitraje escandaloso y localista, y si bien sigue teniendo muchísimas cosas por mejorar, por momentos exhibió señales de la idea que quiere implementar Jorge Almirón en cuanto a la tenencia de la pelota.

Los primeros quince minutos del partido fueron una foto de lo que este nuevo cuerpo técnico pretende de Boca. El equipo generó situaciones gracias a triangulaciones, paredes, cambio de posiciones y desmarques. Lo hizo involucrando muchos futbolistas y presionando alto cuando no tenía la pelota. Lamentablemente, justo en ese lapso llegó el gol de Central y un golpe para el ánimo del equipo.

La acción vino acompañada de polémica. Es que el árbitro Ariel Penel había amonestado a Valentín Barco y a Martínez, en una acción en la que el jugador de Central atacó desde el piso al lateral de Boca. La amarilla para el Colo no se justificó y, minutos después, el juez no cobró una infracción del 4 de los rosarinos e inventó una del futbolista del Xeneize. De ese tiro libre inició la posesión que culminó en un pelotazo a Giaccone, gambeta de él sobre el pibe que no podía tocarlo por su tarjeta, y golazo por un disparo al primer palo que Chiquito Romero no pudo controlar.

Lo peor de Boca se vio después de ese gol. Ahí el equipo se sintió tocado y le costó hasta los últimos minutos poder volver a tener el control de la pelota y las acciones a través de la involucración de todos por medio de pases. Pese a eso, la primera etapa cerró con un 0-1 que se sintió injusto.

Para el arranque del complemento Almirón mandó a la cancha a Sández y Roncaglia, pasando a Figal de seis, por las amarillas de Valentini y Barco. El equipo intentó ser protagonista, pero quedó muy mal parado en una contra y llegó otra polémica: Penel cobró penal para Central por una supuesta mano de Advincula ante el tiro de Giaccone. El árbitro además amonestó al lateral Xeneize. Las imágenes de la repetición fueron claras y el VAR llamó al juez para anular su insólito fallo.

Almirón volvió a hacer un doble cambio con los ingresos de Luis Vázquez y Norberto Briasco, quienes suplieron a un flojísimo Óscar Romero y a Miguel Merentiel. Ahí Boca pasó a jugar 433 y pasó a Sebastián Villa de la izquierda a la derecha, para intentar tener profundidad por ambas bandas.

Boca terminó llegando al empate a través de un golazo. Uno que involucró muchas de esas acciones destacadas del inicio del partido, con Advincula rompiendo por el centro y generando una ventaja que luego por derecha, con Villa tirando el centro, Briasco por el segundo palo bajó al medio para que Payero ponga el 1-1. La polémica no terminó ahí, ya que a la hora de rematar de cabeza, el volante de Boca recibió un golpazo del central Mayo que debió ser amonestado pese al gol, pero que Penel no sancionó con tarjeta.

Cuando parecía que Boca podía reaccionar, rápidamente Rosario Central volvió a ponerse en ventaja. Como antes se destacó el trabajo y las mejoras en cuanto a la posesión, en este 1-2 hay que hacerlo con los problemas defensivos. El equipo con el 433 necesita que los extremos retroceden por momentos, Villa no lo hizo, Advincula quedó lejos de Campaz, Sández no ocupó su espacio y Figal, pese a que lo vio a Veliz, no lo tomó bien y el delantero no perdonó a Chiquito Romero entrando por el segundo palo.

A partir de ahí el partido entró en un momento muy caliente, provocado por un Central que desde el arranque del complemento hizo tiempo, en el que sus hinchas no paraban de tirar proyectiles a los jugadores del Xeneize, y en el que el arbitraje de Penel fue protagonista. La primera acción pasó cuando Mayo, que no fue amonestado en el 1-1, pisó a Chiquito Romero y lo empujó cortando el saque rápido del arquero. Eso provocó una pelea, un intercambio de golpes, y las amarillas para el defensor del Canalla, Advincula y Montoya.

Luego llegó una acción en la que Russo tardó en hacer la doble tanda de cambios y se fue expulsado por insultar al árbitro. El entrenador ingresó al campo y el partido se demoró por varios minutos. Después vino un patadón de Montoya a Payeron que el árbitro ni sancionó para evitar la roja, y un codazo clarísimo del volante sobre Vázquez que debió ser de roja directa, que el juez no quiso cobrar y que culminó con la expulsión de Almirón por protestar.

El contexto era complicadísimo y el ingreso de Medina por un golpeado Varela, pasando a Pol Fernández de cinco, dejaba en claro que Boca iba a intentar hasta el final. El equipo fue para adelante y en el noveno minuto de los escasos diez que adicionó Penel, vino un centro de Villa, una peinada de Vázquez y una palomita espectacular de Figal que se clavó en el ángulo. El juez chequeó con el VAR la jugada y terminó el partido apenas Central sacó del medio, siendo parte decisiva de un complemente en el que hubo un nulo tiempo neto de juego.

Boca sigue lejos de lo ideal y no pudo ganar, pero hoy el equipo dejó muestras de mejora en la parte creativa y tuvo carácter para levantar dos veces un resultado en una cancha difícil en el que el arbitraje hizo pesar la condición de visitante. Ahora, por primera vez, Almirón tendrá una semana de trabajo y habrá que ver si le alcanzará para seguir mejorando algunos detalles que hoy expuso.