Te dejamos la entrevista que le hicimos a este volante surgido de las inferiores y protagonista de una vida llena de emociones.
La noticia del día pasa por el regreso de la Selección Argentina a La Bombonera para disputar las Eliminatorias. El encuentro elegido, según dio a entender Armando Pérez esta mañana, sería ante Chile en marzo. Diario Xeneize se comunicó con Marco Bahamonde, el único futbolista trasandino formado en Boca y que se dio el gusto de usar la mítica número 10 en un Superclásico. Conoce su historia y su opinión de lo que puede pesar el Templo para el conjunto Albiceleste con miras a Rusia 2018.
Su llegada a Boca Juniors:
«Boca había comprado al delantero Pedro González un año antes, pero como en Chile le quedaron debiendo dinero a su representante, el Osorno (Chile) le dio mi pase y el de Alberto González. En 1998 los dos fuimos a una prueba y terminamos quedando, a mí me compraron el pase y Alberto se quedó a préstamo por dos años».
«Podía jugar de enganche, pero en Boca jugué más de volante por las bandas. Me identificaba con Diego Cagna: corría de área a área, la guardaba cuando había que tenerla y metía cuando debía».
«Llegué para jugar en quinta. Al año siguiente me sumé a reserva y en el 2000 hice pretemporada con la primera, donde jugué tres amistosos. Iban a anotarme para la Libertadores, pero por el cupo no se pudo, así que luego terminé yendo cedido al Porvenir».
¿Continúa hablando con aquellos compañeros de Boca?
«Sigo en contacto con la mayoría de mis compañeros de Boca. Estoy en un grupo con Burdisso, Omar Pérez, Moreno, Willy Caballero, Marchant, Pinto. Estamos todos los de categoría 78 a 83 aproximadamente».
Aquel Superclásico en el que los pibes de Boca provocaron la renuncia de Ramón Díaz tras el 2-1 en contra:
«Recuerdo mucho de ese partido. Los chicos no íbamos a jugar, pero como el campeonato iba a empezar en 3 días nos terminó dando cancha, el único con experiencia fue el Pato Abbondanzieri. Estaba nervioso, me tocó usar la 10, número mítico que no había tenido en inferiores ni en reserva. La presión era mía, siendo extranjero tenía que demostrar mucho para estar en un primer equipo, a los quince minutos me fui soltando. Bianchi nos hablaba mucho, te daba confianza, esa que fue la que favoreció a esos chicos para sigan jugando durante años en Boca».
¿Cómo siguió su carrera tras Boca?
«Luego de Boca pasaron situaciones que para mí fueron raras. Me tocó ir a préstamo al Porvenir, institución que no nos pagaba, no había dónde entrenar y teníamos que llevar nuestra ropa. Volvió al Xeneize y de ahí me fui a la Universidad Católica, donde hice la pretemporada pero sobre el final me dijeron que se quedaban con otro jugador. Terminé en mi club, en Osorno, donde jugué todo el 2001; ahí perdí mi contacto con mi representante y me quedé con mi pase, pero en el 2002 tuve una lesión que me dejó fuera de la cancha por 10 meses. Al siguiente año entrenaba y tenía que parar por mis dolores, por lo que me retiré joven, con solo 23 años».
La vida después del fútbol:
«He pasado por varios empleos. Tuve una empresa de control de plagas, ahora tengo un camión y trabajo en una empresa de teléfonos. Trato de invertir en todo lo que sea favorable».
¿Qué le significó Boca en su vida?
«Marcó una etapa en mi vida que hasta el día de hoy es un grato recuerdo. Me deja sentimientos encontrados, porque el fútbol era todo para mí y pude jugar en ese club, pero me retiré joven y se me va a recordar siempre por esas cosas. Sigo la campaña del Xeneize todos los años, soy hincha de la U de Chile y de Boca».
Para el final, Marco nos contó qué significa La Bombonera para él y si puede influir en el partido entre Argentina y Chile de las Eliminatorias para Rusia 2018:
«La Bombonera para mí es donde todo jugador añora a jugar. Estás con 50.000 hinchas, es un sueño, significa mucho. Hay que jugar ahí (estuvo en más de una decena de juegos de reserva) para explicarlo, porque en palabras habría mil para intentar describirlo. Es especial para los que jugamos en ese estadio. Sí, va a ser un plus para la Argentina jugar como local en La Bombonera. A Chile le va a costar, va a estar lleno. Imagino que no se jugó antes ahí por capacidad o por algún sponsor. Va a ser diferente a que si jugaran en River, el equipo de Pizzi va a sentir la presión, que será mucha».