La actuación de los jugadores en el partido contra Lanús, por la séptima fecha del torneo clausura, de la forma que sólo Diario Xeneize te lo puede mostrar.
Verde
Juan Román Riquelme: En la primera pelota que tocó ya demostró su frescura y el ímpetu que tenía para ganar este partido. Desplegó talento, jugó al ajedréz con compañeros y rivales. Realizó magia, hacía desaparecer la pelota ante las caricias de su suela y las atónitas miradas del rival. Viveza para el gol fortuito de Mouche, y protagónico en su gol. Con la inteligencia de siempre, fue la voz del orden, o al menos lo intentó. Reclamó y se quejó. Batalló por el triunfo, desgastándose para la recuperación y creación. Otra vez fue el héroe de una película en la que él no estará en la portada. El fútbol es así Román, el jueves tendrás revancha
Amarillo
Juan Manuel Insaurralde: Fue el más seguro de la defensa. Tuvo que cruzar varias oportunidades ante errores de sus compañeros. Cabeceó bien en las dos áreas. Demostró su personalidad en cada quite y también cuando tuvo la pelota. No le temió al ardor del balón en situaciones apremiadas, siempre intentó darle al destino correcto. Sólo cometió un error en todo el partido, la marca de Paolo Goltz le correspondía a él y el defensor granate le ganó en velocidad y salto y convirtió el empate definitivo.Fue de lo mejor en una defensa que sólo fue generadora de inseguridades. Su partido no llegó al nivel de Román.
Rojo
Clemente Rodríguez: Su primer tiempo no había sido malo. Boca había atacado más por la derecha, quizás para que Regueiro, Valeri o Camoranesi, no explotasen la espalda del tres. Con algunos quites y lujosas salidas, se había ganado los aplausos de los hinchas. Su expulsión hunde cualquier análisis positivo de su actuación. Condenó a Boca a ganar el partido de forma desventajosa y dejó a Lanús la posibilidad que explote, aún más, las bandas para contraatacar.
Pablo Mouche: El gol fue una de las pocas acciones positivas que tuvo. Muy cerrado, no supo desbordar y habilitar a sus compañeros. Gastón Díaz lo marcaba con pierna cambiada y nunca pudo desbordarlo. Peleado con la pelota y la precisión. Como Erviti el otro día, su gol (casual) no tapa su flojo encuentro.
Agustín Orión: Errores graves en ambos goles. En el primero estaba saliendo y se queda, en lugar de cortar la pelota en el área chica. En el segundo va a intentar despejar una pelota que se va abriendo, en el punto del penal, errándole al puñetazo para el empate de Lanús. Mal sacando con los pies y tardando mucho para hacerlo. Tuvo dos salvadas importantes que no alcanzaron para que este, sea el peor partido desde que está en Boca.