Boca Juniors derrotó a Quilmes por 1-0 y llega con el ánimo en alza para el Superclásico del próximo fin de semana.
Un triunfo necesario y que sirve para que el pecho vuelva a inflarse de cara a uno de los partidos más importantes de todo el semestre. Boca, sin tener una actuación sobresaliente, le ganó a Quilmes en La Bombonera con un gol de Federico Carrizo. El Pachi fue el mejor jugador de la cancha y, además de recuperar su nivel, logró anotar por primera vez con la camiseta azul y oro.
El partido fue discreto en cuanto a calidad. Boca jugó un primer tiempo en el que dependió mucho de lo que Chávez y Carrizo hicieran para poder lastimar a Quilmes. La visita, pese a ser el peor de la tabla, logró incomodar con pelotazos cruzados a la espalda de Echeverría y con una presión que anuló al mediocampo Xeneize.
En el complemento apareció Gago, que se sumó al juego de los extremos y con eso creció todo Boca. El ejemplo más claro está en el gol, que llegó luego de un gran anticipo del volante, que siguió en una corrida bárbara de Chávez y que culminó en el tanto del Pachi. Ellos tres fueron los puntales de una diferencia que sirvió para conseguir una fundamental victoria de cara al Superclásico.
Boca no volvió a dejar una gran imagen como en el principio de la era Arruabarrena, pero con el peso de sus individualidades y algunas mejoras en la ejecución de la pelota quieta, va al Monumental para demostrar que puede pelear el título. Ya se tachó al Cervero, ahora se vienen otros Borrachos.