Boca Juniors jugó su peor encuentro en mucho tiempo y sufrió una dolorosa derrota frente a Estudiantes de La Plata.
Diferencias y similitudes. Una vez más apareció en los labios el amargo sabor que genera perder un partido. Una vez más se genera ese feo sentimiento de impotencia por ver a un equipo que no tiene espíritu ni fortaleza. Una vez más a Boca le ganaron al acertar todos los tiros al arco. Esta vez no hubo situaciones a favor como contra Rafaela, esta noche se perdió y no hay excusas.
Rápido como una daga Estudiantes encontró en una gran pared entre Carrillo y Correa el primer gol del partido. Los dos juveniles del Pincha se juntaron y – tras un excelente movimiento del delantero – el número 10 no perdonó a Orion. El baldazo de agua fría repercutió en el cuerpo de los jugadores de Boca, que lejos de reaccionar, se entregaron para dejarle servido el 2-0 a Vera. El punta uruguayo se encontró con un triple horror de Echeverría, Díaz y el arquero para definir a placer y dejar el encuentro liquidado cuando apenas se jugaban 22 minutos del primer tiempo.
La pesadilla no terminó. Echeverría, que debutaba esa noche, chocó con Vera y debió dejar la cancha por un corte en la frente que le produjo un sangrado y un desmayo. Por si fuera poco, el delantero se aprovechó de un claro offside no sancionado y marcó con una tijera espectacular el tercer gol de su equipo.
En el segundo tiempo Boca dejó la imagen de querer intentar protegerse para que el resultado sea más abultado, y no de tener una intención clara de ir por el triunfo. Sobre el final apareció un gran pase de Acosta – entró por Castellani – que Calleri aprovechó para decorar el marcador.
Un nuevo golpe al alma. Boca parece quedar afuera de la lucha por el campeonato demasiado rápido. ¿Seguirá Bianchi? ¿Todavía confiará que este frágil plantel lo escucha pese a su constante banca?