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Editorial

2017

Analizamos los motivos que llevan al equipo a vivir un presente en el que las posibilidades para ganar un título son cada vez menores. Aún se puede revertir la situación.

Boca Juniors perdió el Superclásico y pone en riesgo el liderazgo del campeonato. La derrota de ayer es una de esas que duelen, porque siempre lo es el caer como local contra el clásico rival. Pero más allá de las tradiciones, lo que preocupa del equipo de Guillermo Barros Schelotto es el pésimo rendimiento que viene demostrando a lo largo de todo el 2017, exhibiendo una versión peor a la del año pasado. Diario Xeneize te deja un análisis que trata de explicar la actualidad del club.

El primer indicio del bajón de Boca es el más evidente: no se supo reemplazar a Carlos Tevez. La partida del Apache a China es tan cuestionable por su decisión y su manera de comunicarla, como significativa para analizar el mal rendimiento del equipo en este año. Su salida produjo un cambio inmediato de sistema, pasando del 4312 a un 433, algo que dejó al equipo acéfalo de una referencia por detrás de los delanteros y sin un futbolista con capacidad de remate de media distancia que llegara de frente a la jugada. Solo con Gonzalo Maroni contra Arsenal se intentó repetir la fórmula que le había dado éxito a fines del 2016, pero pese a golear al débil conjunto de Sarandí en La Bombonera, Guillermo decidió sacar al chico y utilizar el esquema que tanto utilizó en Lanús.

Es cierto que es muy difícil y caro reemplazar a un jugador de la jerarquía de Tevez, también es real que la dirigencia y el cuerpo técnico ni siquiera intentaron suplantarlo con alguien que pueda ocupar su lugar en el campo de juego. Porque si bien seguramente iba haber diferencias de nivel entre el que llegara y el Apache, no se buscó ni en la característica la posibilidad de sustituirlo. El refuerzo que llegó para el ataque fue Oscar Benítez, quien vino de no jugar en Portugal y cuya posición es la de extremo o carrilero, pero nunca de mediapunta. Además, Junior no fue una opción ni con Boca teniendo que remontar un Superclásico en La Bombonera. Si bien el mensaje de Guillermo de pasar a jugar con 433 fue claro, con la elección de la incorporación mostró un error que hoy lo deja casi sin variantes.

Fuera de Carlos Tevez, Boca en este 2017 no intentó mejorar los errores que ya mostraba en la primera rueda del torneo, cuando también jugaba el Apache. Guillermo declaró este año que no «había mejores centrales en la Argentina que los suyos», frase que fue perdiendo validez a lo largo de cada fecha frente a la actuación de cualquier dupla central rival con la que se cruzó. Por si fuera poco, ni ante los malos rendimientos se le dio oportunidades a Fernando Tobio, Lisandro Magallán o alguno de los juveniles con buena proyección que juegan en la reserva de Rolando Schiavi, sosteniendo a Juan Manuel Insaurralde y a un Santiago Vergini que no demostró nunca merecer esa titularidad indiscutida. Hay una fuerte contradicción entre las características de defensores del Xeneize y de lo que necesita el Mellizo para sostener su idea de juego ofensivo; el entrenador tuvo tres mercados de pases para jerarquizar esta línea, pero solo lo intentó con Gustavo Gómez al que conocía de Lanús y por el que se pidió una cifra ridícula antes de su partida al Milan de Italia.

Solo 18 puntos de los 30 que tuvo en juego ganó Boca Juniors en este 2017. La Bombonera rugió como siempre, pero en vez de ayudar a este plantel temeroso los expuso: sólo derrotaron a Arsenal y a Defensa y Justicia, empatando con el débil Patronato y perdiendo contra Talleres y River Plate. De visitante, sin la presión de rendir ante su gente, ganaron 3 (Banfield, San Martín de San Juan y Vélez) y empataron 2 (Rafaela y Estudiantes). De los últimos 5 partidos, el Xeneize solo ganó contra el conjunto de Sarandí, rival que si bien puede ser subestimado por su pésima actualidad, fue al único que enfrentó con el 4312 que tanto resultado le había dado en esa seguidilla clave de fines del año anterior.

Parte de la confusión de Boca parte de su entrenador. Guillermo no suele premiar el momento de sus jugadores, algo que se ejemplifica a la perfección con la suplencia de Wilmar Barrios, quien salió del equipo para que vuelva un Pablo Pérez que llegaba de cumplir una sanción y de protagonizar un cuestionable suceso en una práctica a puertas abiertas y con toda la prensa presente. También sirve para argumentar este punto el caso de Gonzalo Maroni, que apareció como un salvavidas positivo ante la ausencia de Ricardo Centurión, pero que tras un debut soñado en La Bombonera no tuvo más participación. Ni hablar de lo que ocurrió con Zuqui, Benítez y Solís, que pasaron de titulares a suplentes e incluso a quedar fuera de la convocatoria en partidos consecutivos, perdiendo rápidamente la oportunidad para levantar su nivel. Todo este combo generó que hoy se vea al plantel más limitado que nunca, tanto en su faceta defensiva como en su recambio ofensivo.

La falta de especialistas es real. Boca no tiene un ejecutante decente de pelota quieta, sea para tirar córner, tiros libres directos o que busquen a los centrales. Tevez, que tampoco era un dotado en esta área, en su salida agravó esta situación. Es común que el Xeneize repita los tiros de esquina cortos o que trate siempre la misma jugada preparada, teniendo como resultante el desperdiciar acciones que podrían generarle tranquilidad o hasta hacerle ganar encuentros. La mala ejecución no solo genera problemas en el ataque, ya que muchas veces también provoca que el rival salga en transiciones rápidas en las que el equipo queda mal parado y con un mal retroceso. Defensivamente, la implementación de la marca en zona tampoco resultó efectiva para contrarrestar el juego aéreo de sus contrincantes.

Quedan seis partidos y Boca tiene que tratar de reencontrarse con su juego. La baja de Ricardo Centurión genera un problema y será muy importante el ver cómo Guillermo trata de sustituirlo. También el qué hará frente a la partida de Rodrigo Bentancur al Mundial Sub-20, jugador que para él es determinante. El Xeneize lleva tres puntos de ventaja – uno si es que River derrota a Atlético Tucumán en su encuentro postergado – y el campeonato no se debe escapar. A corregir errores, para que este 2017 no siga como empezó.

4 Comments

4 Comments

  1. eduardo

    15 mayo, 2017 at 13:24

    el comentario es muy bueno ycoincido plenamente.
    lo que es extraño la falta de vision del entrenador yo creo que ha otro no le pasa,Guillermo ysu hermano no aprenden de la experiencia.
    ayer todos sabimos que un empata servia,la clave trabar el medio con dos recuperdores en serio wilmar y jara.
    liberar a gago e incluso a perez para jugar pero claro el esquema era un 4-4-2y despues asegurado el rancho en un partido cerrado,ver que pasaba,como le va liberar espacios a las gallinas con los troncos que tenemos atras
    yo observo que el campeonato esta casi perdido, warning con la libertadores

  2. Sergio

    15 mayo, 2017 at 19:26

    Jara???? Jara no puede jugar ni en saca chispa. Nose para que y porque vino a boca, jamás lo vi dar dos pases seguidos a boca. Más que sugerencia d hacer jugar y cambios hay que entender que el técnico que tememos no sabe ni trampiar mosca con la jeta. Lástima que la diligencia no se convenza de que guillermo no es para boca pero desirlo ahora que boca tambalea es muy fácil. Yo lo vengo diciendo que guillermo no es para boca desde cuando llegó con la idea de traerse hasta el aguatero de Lanús.

    • Lucho

      15 mayo, 2017 at 22:15

      Jara jugó muy bien de 5 a mi parecer, de 4 si que no se lo vió bien, en mi opinion

  3. David

    16 mayo, 2017 at 11:05

    el partido contra River fue el mismo que contra Indepte del valle, todos asustados, malos cambios, distracciones, es increíble como el melli se esta cavando sólito su tumba. y ademas tambien entra en la ecuación el impresentable ,gordo ,hijo de re mil p… ,sorete de Angelici

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