Alma y corazón

Nuestras impresiones para el partido más importante de la historia del club.

Esta no es una previa igual a las demás, porque este partido es distinto a todos. Esta tarde en La Bombonera inicia una serie única, soñada, esperada y deseada. Se pone en juego la Copa Libertadores, ante el histórico rival, el que se fue del barrio, el que reniega de su origen y que es antagonista de nuestra identidad. Para lograr el sueño de la séptima habrá que dejar el alma y el corazón, respetar la historia, volver a enderezarla y dejar de lado nuestros propios demonios. No hay otro resultado que la victoria para Boca, porque nacimos para la gloria y es hora de volver a abrazarla.

Del juego se puede escribir mucho, como que Guillermo parece haber aprendido la lección del gran Bianchi para transformar a su equipo en uno de esos que sienten el ADN azul y oro. Porque en lo simple está el secreto del éxito y también el de la comodidad, aceptando que es mejor usar un esquema que favorezca a los mejores hombres, y no el imponer nombres por sobre el funcionamiento colectivo. El 433, con Pavón y Villa pudiendo ser volantes si hace falta, aparece como una amenaza para un rival que siempre explotó la falta de mediocampo del Mellizo. Las transiciones, las pelotas divididas, el minimizar errores, el aprovechar la pelota parada y el actuar con el corazón, son alguno de los puntos clave.

La Bombonera es el centro de la esperanza – porque si bien la dirigencia ha hecho todo para ir diezmando la identidad, atacando al socio y queriendo sacarle lo auténtico al club – no hay forma de evitar que esta tarde reluzca la mística que transformó a ese estadio en un lugar sagrado para el fútbol. Porque esas paredes laten de pasión, desde la primera a la cuarta bandeja, esa en la que siguen alentando aquellos que supieron sentir la pasión xeneize hasta el último suspiro de su vida. Porque en esos arcos los locos gritaron y evitaron goles, porque ahí se despidió Dios y brilló el mejor de los nuestros. Porque ahí, en ese césped, hubo lágrimas, sudor y sangre producto del esfuerzo. Porque ahí los milagros existen, impulsados por la fe de que nunca pueden darnos por muertos.

Sin dudas que el poder no está equilibrado. Juicios internacionales en los que CEOs de cadenas televisivas vinculan su pasión por los otros con resultados deportivos, Arbitrajes tendenciosos y repetidos, el control de los medios y la impunidad de manejar la voz pública. Un contexto que es aún más desfavorable por la falta de respuestas y el desinterés que ha brindado esta gestión frente a esto.

Guillermo, el histórico siete, quiere que su número se refleje en la cantidad de Libertadores que tiene el club. Es el representante de la mejor generación que tuvo Boca, es el que puede encaminar de nuevo al Xeneize. Atrás suyo estará la mitad más muchos, que confían en que él sea el elegido para el renacer internacional.

Con el alma y el corazón, porque este club representa al pueblo, a los humildes, a los inmigrantes olvidados y a los que son desprestigiados; por los de La Puerta 12, por los que ya no están y por los que estamos. Hoy Boca, solo sirve la victoria, porque como reza el himno: en este club no se teme luchar y lo que sobra es valor, entusiasmo y gritos de amor.

FORMACIONES Y DATOS:

Boca Juniors: Agustín Rossi; Leonardo Jara, Carlos Izquierdoz, Lisandro Magallán, Lucas Olaza; Nahitan Nández, Wilmar Barrios, Pablo Pérez; Sebastián Villa, Cristian Pavón y Ramón Ábila. DT: Guillermo Barros Schelotto.

River Plate: Franco Armani; Montiel, Jonathan Maidana, Javier Pinola, Milton Casco; Ignacio Fernández, Enzo Pérez, Exequiel Palacios, Pity Martínez; Rafael Santos Borré y Lucas Pratto. DT: Marcelo Gallardo.

Estadio: La Bombonera.

Hora: 17.

Televisa: Fox Sports.

Árbitro: Roberto Tobar (Chile).