Se cumple el vigésimo octavo aniversario de uno de los momentos más históricos para este deporte del Xeneize. Los detalles en esta nota.
La temporada 1991/92 de la Liga Nacional de Básquet probablemente no será recordada por el cuarto título de Atenas de Córdoba, ni por ser la temporada donde la ADC (Asociación de Clubes) pudo lograr la independencia de la CABB para tomar por completo el control de La Liga. Esto se debe a que Boca y River, los dos clubes más populares del país, debieron definir el único descenso de la máxima categoría del básquetbol nacional.
Dado el bajo presupuesto que ambos clubes manejaban, desde el comienzo de la temporada eran grandes candidatos a luchar en la zona baja de la tabla. El Xeneize finalizó la etapa regular en la anteúltima colocación, mientras que los de Núñez fueron los colistas de la tabla.
Como era de esperarse, la serie a 5 juegos tuvo todos los condimentos y el morbo que un Superclásico, en cualquier contexto y deporte, puede llegar a tener.
El primer juego tuvo lugar el viernes 3 de abril de 1992. El Xeneize dirigido por Alberto Finguer no tuvo grandes inconvenientes para superar a River por 108-91 con un intratable Randy Henry, que contabilizó 32 puntos y 7 rebotes.
El primer gran escándalo de la serie se vivió el domingo 5 de abril. Boca Juniors contaba su localía en el club Ciudad de Buenos Aires. Unas horas antes del encuentro se disputaba en el mismo recinto un duelo de vóley femenino entre Ciudad y Country de Banfield. Estaba pactado que disputarían el primer tiempo en la cancha principal del club y dejarían el lugar al básquet masculino para el segundo tiempo, yéndose las jugadoras de vóley a la cancha auxiliar. Entonces, el delegado de River Plate decidió no presentar a su equipo, excusándose en que sus jugadores no habían contado con una hora previa para realizar movimientos precompetitivos. Los árbitros de la noche eran Alberto García y Juan Quesada, quienes ofrecieron al conjunto millonario retrasar el encuentro en caso de ser necesario.
Nada fue suficiente para la dirigencia de River que incluso ignoró a sus propios jugadores quienes pedían aunque sea jugar bajo protesta.
Finalmente el partido se le dio por ganado a Boca. Además, River tuvo que abonar una multa de tres mil dólares por los gastos del Xeneize.
Boca se encontraba entonces con la serie match point, pero debía visitar Núñez con un ambiente más que caldeado. River se impuso 109-98 ante un Boca que no pudo hacer valer a Randy Henry, su arma en el primer juego y solo contó con Cristian Aragona que sumó 24 puntos (había convertido 18 en el primer partido).
El cuarto juego fue puro dramatismo. Boca continuaba necesitando solo una victoria para salvarse y condenar al eterno rival. Llegó a estar 18 puntos arriba pero el partido fue a tiempo extra donde River se lo llevó 114-112. Daniel Aréjula fue el cacique en la epopeya del conjunto de la banda anotando 39 puntos.
Llegamos así a un quinto juego. El viernes 24 de abril de 1992, nuevamente en el gimnasio del Club Ciudad de Buenos Aires, Boca y River disputaban el quinto y decisivo partido por la permanencia.
En cuanto al trámite del juego se puede decir que River comenzó mejor pisado y hasta sacaba la máxima de 8. Boca fue alma y vida en el segundo tiempo con el trío Diebold – Aragona – Terry. Recién a falta 02:19 el Xeneize pudo tomar el liderazgo y cuando quedaban 37,9 segundos para el bocinazo final, el Xeneize lideraba 87-80. El caos venía desatándose desde antes con golpes, discusiones, un cenicero que impactó en el banco de los de Núñez, pero fue en ese momento cuando los árbitros dijeron basta. La parcialidad de River Plate arrojó una bomba de gamexane al banco de Boca y segundos más tarde una botella de vidrio que impactó en la mesa de control. Eduardo Bellón y Darío Rodriguez, los árbitros del partido, se retiraron hacía los vestuarios y se dio la orden a la policía de desalojar el recinto. Recién 57 minutos más tarde se pudo dar continuidad a los casi 38 segundos restantes. El score final marcó la salvación para Boca por 91-87 condenando así a River Plate a disputar la segunda categoría del básquet argentino.
