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Editorial

El cielo Xeneize pide un Carlitos

Un texto que apunta a repasar los probables motivos de un adiós inesperado. Pero que también trata de ayudar al ídolo a reflexionar para que se abrace a la historia.


A pesar de la larga cena navideña, amanecí muy temprano. Con la lluvia, me bañé, me puse una remera de Boca con el nombre de Carlitos en la espalda y me dieron ganas de escribir una sincera carta al actual 10 de Boca. Al menos hasta que no lo vea en China, sigue siendo el 10 de Boca. Aunque en el fondo sé que se va.

Cuando Carlitos (Carlos es Bianchi) volvió, dije en Diario Xeneize Radio que el Apache tenía todo para ocupar el lugar que había dejado Riquelme. Podía ser el nuevo Román, pero ello sólo dependía de él. Nico Merletti, Lea Ulloa y Lucho Torres Toranzo no podían creer (¡No deben poder creerlo aún hoy!) mis palabras. Le tenía fe ciega a Tevez. Aposté duro por él.

Regresó a Boca en julio de 2015, tras 11 temporadas. En su primera etapa se fue campeón y marcando un gol en la final contra Bolívar  por la Copa Sudamericana 2004. Llevaba varios partidos sin marcar tantos para ese entonces. Meses antes había sido el cuerpo y alma de Argentina en su primera medalla olímpica en fútbol. Tras ese logro, llegó y le marcó un gol a Cienciano en la final de la Recopa que perdimos por penales, en la que él malogró el suyo.

Se fue con el abrazo simbólico de todos nosotros. Lo amábamos. Nos representaba. Ese bosterismo que irradia te llega en milésimas de segundo al corazón. Compartía ese último plantel con Martín Palermo y Guillermo. Las idolatrías máximas del momento eran repartidas entre los tres delanteros de Boca.

Partió a tierras deportivamente hostiles para los argentinos. Plantó bandera en Brasil y en Inglaterra –nada menos- y luego pasó a ser ídolo de la Juventus. Una carrera impresionante.

Su llegada se dio en un marco casi único e irrepetible. Miles de hinchas de Boca autoconvocados fueron a recibir al ídolo a una Bombonera que se abrió a ese único efecto. Ese 13 de julio de 2015 el hincha del Xeneize le mostraba al mundo lo que es capaz de hacer por un jugador. Como lo hizo antes por Román.

Al Boca de Arruabarrena se le endilgaba cierta falta de personalidad para jugar partidos claves. Tevez era el hombre ideal para enderezar el rumbo. Y lo fue.

Campeón en todos lados, su vuelta a Boca no podía ser la excepción. El Xeneize jugaba dos torneos ese semestre, más el mini campeonato contra River. Y con Carlitos, se metió una trifecta: campeón del torneo local, de la Copa Argentina y victoria en el Monumental. En tres días dimos dos vueltas.

El nivel de Tevez no era el que veíamos en la Juve, pero generalmente era de los mejores jugadores del equipo. Además, su mera presencia en el campo generaba que casi todos jueguen mejor, como Lodeiro y Pavón por marcar ejemplos. Además, hacía que el rival destine uno o dos jugadores para seguir sus movimientos.

Tevez era amo y señor. Tenía las llaves del club pero cometió un error llamativo. Para algunos fue imperdonable. En ese contexto, permitió que su imagen (Espíritu Apache) y hasta su presencia física (como Palermo en 2011) sea parte del apoyo expreso, unívoco y concreto a Daniel Angelici. Un jugador en actividad no debe participar en la política del club. Sea quien sea y en favor de quién sea. Cada uno debe ocupar su lugar. El jugador juega, el dirigente administra.

Lo más gravoso es que el crack de Fuerte Apache estaba apoyando a quien aún sueña con que se juegue al tenis en la Bombonera. El mismo que quiere que a sólo dos cuadras abunden las plateas corporativas de un estadio de puras butacas. De ese quien tiñó de rosa, verde fluorescente, violeta y negro a camiseta azul y oro. De quien –presumiblemente- privilegió intereses personales – como el ingreso a la CONMEBOL-  aunque éstos colisionen con la entidad que preside. Aquel que hizo silencio ante Trucco y Delfino (por duplicado) ante River por –en teoría- privilegiar sus otras aspiraciones.

Ese primer semestre se posicionaba en el campo de juego detrás de Calleri, el goleador del equipo. Pero en un pase con más complicaciones y circunstancias particulares que las del contrato de propio Tevez, su compañero de ataque se iba a jugar la Copa Libertadores para San Pablo, posible rival del Xeneize.

Arrancó el 2016 con Arruabarrena en el banco de los suplentes. Por primera vez Boca era goleado en una final – que debió jugarse una semana antes- frente a San Lorenzo. Parado de 9 no rendía como su inagotable talento y compendio de virtudes ameritaban. Malograba jugadas muy claras, incluyendo en el mencionado choque contra el Ciclón. Su titularidad ya no lucía intocable. El capitán seguía siendo Daniel Díaz. Casualmente se filtraban palabras tan inmerecidas como erráticas de Angelici para con el Cata. Pero Tevez lo respaldó al central.

A días de la abrupta salida del Vasco, se supo que el representante de Carlos Tevez se había reunido con Sampaoli. Otra vez se cruzaba la línea. Pero el que llegó fue Guillermo Barros Schelotto, un tipo tan o más querido que el Apache, ya que las varas son personales. Con el Mellizo en el banco Boca ganó un partido clave en Avellaneda  – con el Vasco los clásicos parecían un karma – y se pasó de ronda en la Copa Libertadores.

Una noche épica de la Copa ante – el siempre difícil para Boca – Nacional de Montevideo nos llevaba a las semifinales de la Copa Libertadores. Encima el rival que tocaba para esa instancia alimentaba el sueño de volver a jugar otra final de Copa, como en 2012.

Un insólito parate del calendario poco ayudó.  Además, la CD nuevamente se equivocó groseramente, esta vez con los refuerzos. Y Boca, luego de décadas, perdió dos partidos de una llave en la Copa. Además, fue la primera vez que le marcaron tres goles en la Bombonera en una derrota. River y Olimpia lo habían hecho antes, pero en ambos casos Boca dio vuelta el tanteador. El Nacional de Ecuador lo hizo en el 2000, pero el Xeneize ya ganaba por 5-1.

Otro parate de varios días tras la semi. ¿Borrón y cuenta nueva? Los otros dos referentes se van de Boca: Díaz y Orión. Su deseo, consciente o inconsciente, de contar con su amigo Wanchope Abila en el equipo también lo hicieron cruzar la línea a Tevez. Más adelante pidió por Tobio y le aparecieron fotos viejas con la barra.

Y en ese parate post torneo, Carlitos Tevez habló. Y dejó ciertas dudas en su continuidad al cuestionar varias cosas dentro del club. Se le otorgó una licencia para que cargue pilas. Bianchi lo había licenciado tras un magro preolímpico en 2003, mientras que Brindisi hizo lo propio en 2004, pero en pleno torneo.

De esas dudas Angelici hizo su juego. Y el 678 Xeneize  – prensa adicta a la dirigencia – también. Ese manoseo arrancó con la expulsión de Delfino en la Bombonera, donde pareciera que solo Tevez insultó a ese árbitro, si me guío por las propias actuaciones de ese juez. Angelici salió a respaldar al hombre de negro, el mismo que nos arruinó contra River dos veces seguidas. Luego, con el rebote, quiso dar marcha atrás. Encima, la sanción incluyó tres meses sin ser capitán para el Apache. ¿La cinta? A Pablo Pérez.

Y Angelici la siguió en cuanta entrevista o publinota pudo. Que «se retira en Boca, que sólo juega en Boca». Que «no tiene dudas que sigue», que «va a China». Angelici, sin querer o queriendo, se contradecía con días o semanas de diferencia, pero siempre lograba que la continuidad de Tevez siga en foco. Carlitos tiene contrato vigente, innecesaria aclaración.

Guillermo mutó su tradicional 4-3-3 a un 4-2-3-1 para que Tevez juegue más suelto. Boca caía ante Central por la Copa Argentina. Nadie dijo una sola palabra del referí, pese a que fue determinante… Al menos Angelici ésta vez no lo respaldó. En la ronda anterior, Tevez había sido vital para empatarle dos veces el score ante Lanús, el campeón reinante del torneo local.

Boca fue a España a jugar contra el Sevilla y todo se hizo más obvio: no se hablaba de Boca, sino de la continuidad de Tevez. ¿Se acuerdan cuando Román debía rendir examen?

Tras la victoria conseguida en Europa, Boca regresó a la Argentina y Carlitos hizo de todo. Por un lado fue a marcarle al referí Darío Herrera el gesto de Teo Gutierrez en el empate contra Rosario Central. A él lo habían expulsado en una semifinal de Copa por casi lo mismo, y a Márcico le sacaron la roja un clásico con River por lo mismo que hizo el colombiano.

Y Tevez volvió a hablar. Lo hizo en el único lugar dónde deben hacerlo los futbolistas en actividad: en el campo de juego. Su nivel fue–tal vez- el mejor de toda su excelente trayectoria en el club. Lo ayudó un gran regreso de Gago. Nuevamente tomó el control del equipo. Como dije, con Pintita de 5, Boca venció consecutivamente a San Lorenzo de visitante, a Racing de local, a River de visitante y a Colón en la Bombonera. Fue figura y decisivo en ese poker de partidos. Marcó 4 goles (2 de ellos en el Superclásico); vimos y disfrutamos de su versión más excelente. 14 goles convirtió el Xeneize en esos cuatro partidos, y debió hacer al menos 5 más.

¿Todo ese análisis para decir que los dólares chinos son irresistibles para cualquier ciudadano? Nadie puede juzgar a quien recibe una oferta de esa magnitud y la toma, menos lo haré yo. Pero no quiero caer en la obviedad de que es la guita. No, resumir todo en los dólares chinos es contar la mitad de la historia, o el 75% o el 25% según quien lo diga. En las tribunas, no me canso de ver a los chicos que van con la 10 de Tevez. Yo me la puse hoy, Papa Noel se la trajo a mis hijos en la navidad pasada.

Tevez, con Macri y Angelici en su casamiento, tiene todo servido llegar al escalón Riquelme en la historia de Boca. A diferencia de Román, no tiene a la dirigencia ni al 678 Xeneize en contra. Pero parece ser que no lo va a intentar, o que al menos le dará un descanso de seis meses, un año, o lo que fuera, en su historia para con Boca. El pibe de barrio no puede privarse de llegar a lo más alto, el espíritu primario del hincha debe asomar, yo aposté por eso. Jugadores y personalidades como las de Maradona, Riquelme y Tevez juegan por algo más. Son los más grandes.

Y Tevez sabe que para llegar al escalón Riquelme hay que hacer la del 2007. Carlitos, en cierta medida, lo hizo en 2015 con la doble competencia local. Pero en la Copa no se pudo, y la Copa Libertadores – permítanme la redundancia – es ¡la Copa Libertadores! En el 2017 no habrá revancha, lamentablemente. Ahí también debe haber parte de su decisión por no seguir.

Le quedan dos, tres o cuatro años de carrera. Tal vez esto es un mero impasse para volver con todo en 2018 y llegar a la cima. No hay elecciones ese año, por lo que Angelici ya no lo necesita, su mandato caduca recién en el 2019.

No imagino a Tevez fuera de Boca. No quiero que ello ocurra. Su historia no puede concluir contra Colón. 6 títulos, 166 partidos, 63 goles. Carlitos,¡falta!

Él tiene que ir por toda la gloria. No puede quedarse en el escalón de abajo de Guillermo y Palermo en la historia de Boca. Tevez tiene que seguir subiendo. Tiene talento, coraje, capacidad y huevos para hacerlo… Y es recontra bostero, como Román. Tiene ese magnetismo, esa personalidad. Es un tocado, un dotado, un elegido. Volvé sólo para jugar, no cometas los mismos errores: ¡Solo jugá y jugá!

Los Bosteros siempre te vamos a esperar, depende de vos. Te espera el lugar en cielo azul y oro, el de Román, del Virrey, de Rojitas, del Toto, el que pide a gritos un Carlitos.

5 Comments

5 Comments

  1. Sergio Podesta

    25 diciembre, 2016 at 13:26

    Gracias Leandro tus palabras me hicieron emocionar !!!! Ojala que Carlitos las lea, tambien yo le regale a mis hijos la de Boca!!!!

  2. Raúl

    25 diciembre, 2016 at 15:59

    Estoy de acuerdo con la nota… Solo que, lamentablemente se va, y tambien se lo lleva a Tobio….

  3. Pablo

    26 diciembre, 2016 at 15:26

    No estoy de acuerdo para nada, siempre se supo para que volvio, y lo que lo dijimos fuimos tratados de locos, aca esta la prueba, Y COMPARARLO CON MARADONA Y ROMAN , me da risa… Roman es el mas grande y jamas podra ser alcanzado por un tipo que se suma al poder Macrista dentro del CLUB, Este muchacho dejo de ser Carlitos para ser simplemente TEvez..
    No me lo pongas a la altura de Roman x q ahi la cagas..

  4. Daniel

    27 diciembre, 2016 at 02:20

    Roman es el mas grande idolo de Boca lejos!! y Maradona si no fuera que despues fue lo que fue en la Selección, el Napoli y demás apenas lo recordarian en Boca salio campeon, hizo goles, tiro pases la rompio, okey pero jugó 1 año nada mas, despues no era mismo…..contra cuantos goles, pases, años y titulos de Roman. Maradona que vaya al fondo de la lista que hay lugar….Y Tevez estará mas cerca de Roman pero lejos igual.

  5. Lucho

    29 diciembre, 2016 at 20:48

    Soy un muchacho de barrio y aunque pasen los años no cambiare….no cambiare no cambiare… cantaba carlitos en otra época, hoy le puedo decir no. no cambiaste, las circunstancias mostraron que y como sos lamentablemente, esta lejos muy lejos en mi lista de grandes que nos llenaron de gloria como Roman , Carlos Bianchi, Martin, Delgado, los colombianos etc. Nunca hubiera imaginado de el q sea títere de angelici aun mas que orion increíble.

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