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Editorial

El GPS de GBS

El Mellizo sorprendió con una variante táctica alejada a su ideología en el segundo tiempo contra Estudiantes. ¿Cómo puede influir esto en la previa de las dos finales que se vienen?

Boca Juniors consiguió un empate que es catalogado por lógico por parte de muchos los que analizan la actualidad del equipo de Guillermo. Fuera de las etiquetas, el contexto marca que el equipo volvió a perder puntos, que la distancia se achica con los competidores y que fue en el juego donde más se falló en esta visita a La Plata para enfrentar a Estudiantes. Barros Schelotto fue el protagonista de una sorpresa táctica en la que se lo mostró errado de su propio camino.

El Mellizo en la semana se la jugó con el regreso de Pablo Pérez por un gran Wilmar Barrios, pero en especial por optar por Ricardo Centurión como titular tras una recuperación récord de una lesión ligamental. Del 4312 – con la promesa de Gonzalo Maroni como inicial – en el 3-0 a Arsenal, el Xeneize fue a La Plata con el equipo al que muchos consideran como el ideal para Guillermo, auqel que a la vez mantiene su esquema preferido, el 433.

El inicio del partido le dio la razón a Guillermo Barros Schelotto en varios aspectos futbolísticos: Boca fue voraz en la presión alta, el equipo se paró bien arriba y logró incomodar a un sólido Estudiantes al provocarle errores en la salida. Fueron 10 minutos intensos en los que la ilusión de un triunfo parecía real, pero tras la jugada en la que Silvio Trucco omitió el penal a Darío Benedetto, el Xeneize se volvió largo, la asfixia al Pincha bajó en constancia y se acabaron las llegadas sobre el arco de Mariano Andújar.

Todo empeoró en el segundo tiempo, donde Guillermo se traicionó a si mismo. Él es un técnico ofensivo, al que le gusta la dinámica, la verticalidad y el tener juego por los costados. Sus cambios llevaron a Boca a realizar un 442 con doble 9, en un esquema con características que se asemejan a una filosofía futbolística muy diferente a la suya. El Mellizo fue más Falcioni que Schelotto; especuló con el empate y terminó perdiendo la chance de ganarle a un rival que fue sobrevalorado.

Es cierto que las variantes ofensivas de Boca no han funcionado. Nazareno Solís, Oscar Benítez y Fernando Zuqui no han sido solución, un problema que tiene que ver con el peso de la camiseta, la falta de tiempo que tiene este club y también con la mala gestión de incorporaciones. Aún así, Guillermo tenía entre los suplentes a Gonzalo Maroni y a Wilmar Barrios, jugadores que pudo haber utilizado en el segundo tiempo para tratar de repetir la formación que también rindió ante Arsenal la fecha anterior. Hay que remarcar que hay diferencia de jerarquía individual y colectiva entre los de Sarandí y Estudiantes, pero ante la necesidad, ¿por qué no intentar imitar el último – y reciente – rendimiento positivo que había tenido el Xeneize?

El GPS de GBS tiene que reencontrarse con el plan original: el de un Boca que salga a buscar el triunfo a lo largo de los noventa minutos. El Mellizo es muy inteligente y seguramente habrá tomado nota de un empate que no le sirvió. Se viene River, una de sus víctimas preferidas, y luego Newell’s, partidos en los que seguramente explotará el potencial de su plantel, como ya lo hizo a fines del 2016.

2 Comments

2 Comments

  1. alfredo

    7 mayo, 2017 at 22:42

    nos salvamos de culo independiente le hizo 4 a ñuls , si se nos acaba la suerte cagamos
    de una vez hay que jugar bien

  2. XsiempreXeneise

    8 mayo, 2017 at 12:07

    Cuando deje de jugar el pecho frio de betancour, el inútil de p. Pérez y aprenda a tomar la decisión correcta entre pasar el o largarla el idiota de pavón ganamos

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