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Editorial

Jesús Méndez, el hombre que desea triunfar en Boca

El volante regresó al Xeneize aún cuando pudo quedarse con el pase en su poder para tomar revancha de su anterior paso por el club. Tiene una historia de vida muy dura y toda la confianza de Carlos Bianchi. 

Hace un tiempo que la FIFA dispuso una reglamentación en la que todos los futbolistas que llegan a quedar con sólo seis meses de contrato con una institución, si lo desea, puede considerarse libre y negociar con otro club como tal. Jesús Méndez regresó a Boca en esas condiciones, y tras disputar una enorme campaña en el Nacional B,  siendo la máxima figura del Central que ascendió a Primera. Pese a esto, el volante  prefirió regresar al Xeneize para tomar revancha de su anterior paso, dejando de lado el beneficio económico de negociar con el pase en su poder. Carlos Bianchi le dio una oportunidad y le insistió a los dirigentes para que lo mantengan en el plantel,  aún sabiendo que el club rosarino ofertó para comprarlo. Jesús Méndez, es el hombre que desea triunfar en Boca.

Jesús David José Méndez. Su nombre ya delata la importancia que tiene la religión en su familia. Quizás esa fe fue la que en su peor momento, justo cuando llegó a Boca allá por el 2010, la que lo ayudó a evitar que una depresión lo llevara al retiro o al suicidio, como se llegó a temer por esa época. De un origen muy humilde, Méndez se crió en Rivadavia,  un pueblo de Mendoza en el que vivió hasta los 15 años junto a sus dos padres y sus seis hermanos, antes de venirse a Buenos Aires para jugar en River Plate.

Pese a sus grandes condiciones, nunca tuvo una gran continuidad por el club de Núñez. Olimpo se fijó en él y no se equivocó: Jesús Méndez la rompió y demostró que tenía todo el talento para jugar en Primera. Tras una temporada magnífica en Bahía Blanca, regresó a River pero para volver  a encontrarse con el desprecio y la no continuidad. Igualmente, sus condiciones le alcanzaron para que el ST. Gallen de Suiza posase sus ojos en él  y se lo llevase a Europa. Luego de un año en el viejo continente, llegó Rosario Central, club en el que saltó al estrellato por su gran nivel. Incluso,  provocando los elogios de Juan Román Riquelme, al considerarlo » el mejor jugador del 2009″ y su traspaso a Boca.

El 2010 se vistió de azul y oro. Pero no pudo jugar tanto como quería. En su momento, el esquema de Claudio Borghi con línea de tres lo perjudicó. Ya que quedaba expuesto al tener que hacer toda la banda derecha sin poder marcar ni atacar con claridad. Su mejor partido fue ante River, jugando en un puesto más común para él, haciendo el doble cinco junto a Gary Medel. Pero ni esa gran actuación en un Súperclasico le sirvió para lograr tener más ritmo de partidos con Boca. La depresión por problemas familiares – antes mencionada – apareció justo en el momento que menos jugaba, lo que provocó que Méndez pidiera regresar a Central, pese a que ese club estaba disputando la segunda categoría (B Nacional). Tras otro buen paso por ese club, volvió al Xeneize. Pero Falcioni no le dio ni una oportunidad. Generando que tenga ir al Canalla para una tercera y exitosa etapa:  con él como figura del  ascenso de esa institución a Primera tras varios años en el ascenso.

Cuando inició esta pretemporada muchos creían que  Méndez apenas si tendría un paso fugaz por Boca. Que lo haría sólo para cumplir con el trámite de tener que presentarse en el club dueño de su pase y nada más. En ese contexto, aparecieron los verdaderos deseos del jugador, ya que pese a que pudo haberse considerado libre, igualmente apareció en Casa Amarilla para charlar con Carlos Bianchi y comunicarle su necesidad de triunfar con la camiseta azul y oro.  El Virrey lo escuchó y le prometió darle oportunidades. Luego le pidió a los dirigentes que lo mantengan al volante en el plantel, aún sabiendo que Rosario Central tenía deseos de comprarle el pase de forma definitiva.

Ya en el primer amistoso de invierno, ante Estudiantes, el volante entró pocos minutos pero bastante esfecitovs, incluso llegando a estar cerca de marcar un gol.  En el siguiente encuentro, ante el Seleccionado de San Luis,  logró más protagonismo convirtiéndose en la figura del cotejo. Contra el combinado de Salta, ingresó en la segunda parte y mantuvo su nivel. Siendo muy participativo y logrando mucho desequilibrio.

Con su deseo y sus ganas de triunfar, Jesús Méndez revalida dentro de la cancha la confianza de Carlos Bianchi. Convirtiéndose en un jugador que ilusiona  con ser importante para Boca por su mayor experiencia, su polifuncionalidad y su talento. En su momento recurrió en la fe para salir de sus problemas. Hoy, él es el motor de sus sueños, y está totalmente decidido a lograrlos.

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