¿Qué pasa con Ledesma?

El volante de Boca Juniors se bajó del micro que llevó a la Reserva a Córdoba el pasado fin de semana por una molestia física. Los dirigentes desconfían de su lesión y hasta le apuntan a Riquelme. ¿Paranoia o realidad?

Pareciera que ni el hecho de haber dejado libre a Juan Román Riquelme, y que éste se fuera a jugar a Argentinos Juniors, les trajo paz a los dirigentes de Boca Juniors. El nuevo foco de conflicto para ellos es Pablo Ledesma, jugador de gran relación con el enganche y que ahora se lleva todas las críticas de la CD Xeneize.

Desde aquella conferencia de prensa en la que Pablo Ledesma dejó a entrever su desconfianza con Agustín Orion, los dirigentes  de Boca buscan la forma de sacarlo del club. En su momento el volante era un habitual titular para Carlos Bianchi, por lo que era difícil que pudieran lograr su cometido. Durante este mercado de pases el técnico volvió a pedir que lo dejaran en el plantel por considerarlo un jugador importante.

En la última semana la ausencia de Ledesma en el duelo de Reserva contra Belgrano volvió a encender la mecha en los dirigentes. Según ellos el jugador simuló una lesión para no viajar a Córdoba. Incluso algunos se animaron a decir que toda la situación tiene que ver con una recomendación de Riquelme hacia su amigo para generar conflictos en el club.

Esta mañana el parte médico reflejó que Pablo Ledesma tiene un dolor en la ancada inguinal y en la pared abdominal izquierda de su cuerpo, zona en la que sufrió una operación por hernia en el 2012. Los estudios no conformaron a los dirigentes, quienes aún sostienen que es toda una simulación por parte del jugador.

Es verdad que el nivel de Pablo Ledesma no fue el mejor en los últimos tiempos, pero la crítica a su profesionalidad parece exagerada. El jugador en estos meses ha demostrado su compromiso con el club al trabajar en silencio y, pese a su historia en la institución, no renegar de su situación actual en el plantel. Incluso evitó sacarle provecho a una reglamentación de la FIFA que le permitía considerarse libre por tener menos de 6 meses de contrato, para respetar  y estar disponible para Boca hasta el último día de lo firmado.

Obsesiones y consecuencias de una antigua guerra silenciosa que no le sirve a Boca.