El equipo de Rodolfo Arruabarrena y se consagró como el campeón del Julio Humberto Grondona. El Xeneize vuelve a dar la vuelta tras 4 años sin hacerlo en un torneo local.
Delirio y alegría absoluta de la mitad más uno de la Argentina. Boca es el mejor del país una vez más al quedarse con el título en La Bombonera luego de su victoria frente a Tigre por 1-0 con gol de Luciano Monzón. El final del partido sirvió para un gran desahogo de una hinchada que extrañaba y merecía volver a gritar campeón.
El análisis del partido que coronó a Boca se basa en lo anímico. El Xeneize jugó con el nerviosismo lógico de un equipo que está ahí de cumplir su meta. Fue por eso que por momentos no encontró precisión en los ataques, volviéndose bastante predecible por ésto, y no supo brillar. Aún así, los dirigidos por Rodolfo Arruabarrena tampoco sufrieron en su arco y supieron aprovechar al máximo una pelota parada para que Luciano Monzón meta un cabezazo de campeón.
En la segunda parte, con el triunfo de Banfield sobre Rosario Central ya casi concretado, Boca se relajó y tuvo varias oportunidades para aumentar su diferencia. La rabona de Calleri que no quiso entrar o el remate de Lodeiro al ángulo tras un gran tiro libre fueron algunas de esas situaciones que tuvo el Xeneize para liquidar el encuentro. Pero no hizo falta, el 1-0 alcanzó para que el club vuelva al lugar que le corresponde en la historia: arriba de todos.
Locura, carnaval y festejo. Luego, a partir de mañana, habrá tiempo para pensar en la final de la Copa Argentina y la ambición de seguir ganando campeonatos. Hoy es sólo fiesta azul y oro.
