Boca Juniors fue mejor que el Halcón de Varela, pero las lesiones mermaron la actuación del segundo tiempo provocando el sufrimiento hasta el final.
El equipo de Rodolfo Arruabarrena tuvo una actuación de mayor a menor en la victoria frente a Defensa y Justicia. Boca Juniors pasó de un primer tiempo sólido, en el que marcó dos goles por medio de los cabezazos del Cata Díaz y Daniel Osvaldo, a sufrir en el segundo tiempo a causa de las lesiones, el cansancio y la arremetida del Halcón de Varela por medio del descuento conseguido por Sánchez Sotelo.
El planteo de Defensa y Justicia hizo sacar lo mejor y lo peor de Boca. En el primer tiempo, con la gran lectura de Arruabarrena de poner a Gago de 5, el equipo superó a su rival gracias a la jerarquía individual de sus jugadores. Clave fue el cabezazo del Cata Díaz, tras un gran centro de Lodeiro en la pelota quiera, que le dio aire al Xeneize para empezar a jugar.
Luego, con el 1-0 arriba, se lució con el ataque del debutante Peruzzi, el toque de Lodeiro, la presión y el fútbol de Gago y la calidad de Daniel Osvaldo, que aprovechó un centro bárbaro de Palacios para poner el 2-0 y llegar a su cuarto tanto en Boca.
La salida de Fernando Gago fue determinante. El volante pidió el cambio por un problema muscular y el equipo se vino abajo. No sólo por lo que él estaba generando y recuperando, sino por lo poco que aportaron Erbes y Colazo (Martínez). A partir de su salida Defensa y Justicia se animó, logrando el descuento a través de un gran pase de Barbieri que Sánchez Sotelo aprovechó a la perfección ante la mirada de los dos centrales y una lenta salida de Orion.
En el peor momento de Boca apareció Marcelo Meli, que empezó a correr por todos, supliendo el agotamiento de Lodeiro y a un Palacios lesionado que se quedó en el terreno de juego porque ya no había más cambios, debido a que antes Peruzzi debió salir por una contractura. El volante se doblegó en defensa y fue el generador de las corridas que terminaron en las mejores situaciones del equipo en la parte final. Lamentablemente Arias, de enorme partido, le sacó un disparo que pedía gol y premio para el nacido en Salto.
Todo Defensa y Justicia reclamó un gol anulado a Rodríguez, que pareció por centímetros estar adelantado cuando remataba y superaba a un débil Orion. Claro, no hicieron mención del error de Baliño que minutos antes mal amonestó a Busse por una infracción que en verdad cometió Darío Martínez y que le significaba la segunda amarilla y la expulsión del partido.
A lo Boca, con la Bombonera latiendo para generar fuerzas y con mucho sufrimiento. Sin el brillo de otros partidos, pero con una victoria justa que sirve para seguir peleando el campeonato y manteniendo el invicto.
