El Xeneize sumó su trofeo 66 en su historia y los jugadores lo vivieron de una manera muy particular.
La derrota de Banfield contra San Lorenzo aceleró un título que parecía imposible que se escapara. Boca Juniors salió campeón del Torneo Largo 2016/17 sin poder disfrutarlo en la cancha, por lo que se dio un festejo muy especial con el plantel dentro de la concentración en Bahía Blanca.
El plantel observó detenidamente el partido del Taladro en el hotel, mientras en la puerta de la concentración miles de hinchas esperaban el pitido del árbitro para estallar en celebración. Al concretarse el 1-0 de San Lorenzo, los jugadores salieron del lobby para ir hasta el vallado, desatando una fiesta atípica pero llena de pasión azul y oro.
Los jugadores se mostraron desaforados, cantando con los hinchas durante un largo rato antes de subir a sus habitaciones y seguir el concierto mientras filmaban con sus celulares. Luego, al rato, sorprendieron al bajar una vez más disfrazados de fantasmas, en una cargada contra River Plate que quedará en la historia.
La palabra de los jugadores:
Pérez: «Hubo situaciones difíciles, situaciones donde estábamos bien. Fue un año duro. Estresante, pero cuando cuesta se disfruta más. Siempre mantuvimos la calma, más allá de altos y bajos. Puertas hacia adentro siempre confiamos en nosotros. Se festeja acá o en cualquier lado, somos los mejores».
Rossi: «Este grupo lo merecía. Estoy acá y gracias a Dios esto es muy importante».
