El Xeneize dio la vuelta olímpica y derrotó con claridad a Unión de Santa Fe para cerrar un campeonato que lo coronó como el mejor.
Una salida innovadora y emotiva fue el inicio de la fiesta. Un tunel conformado por los jugadores de las inferiores recibió al plantel campeón, que se paró sobre el círculo central en el que estaba ubicado el escudo del club. Ahí Gago se paró en el medio y fue el receptor de un drone que bajó – con la música de Star Wars de fondo – la estrella número 66 que ganó el club.
Al arrancar el encuentro Boca se mostró suelto, con el alivio de haber superado todas las trabas que se le impusieron antes de lograr el objetivo. La apertura del marcador llegó tras una presión alta que generó un mal rechazo del arquero, algo que Pavón aprovechó al bajársela a Benedetto para que él gambetee a Castro y – con ángulo cerrado – ponga el 1-0.
En el segundo tiempo Benedetto volvió a aparecer para poner su gol 21 en el torneo tras una gran jugada colectiva en transición rápida. Pipa terminó el torneo demostrando por qué fue el mejor de Boca y de todo el certamen, mostrando un promedio anotador digno del fútbol europeo. Uno de los objetivos de la dirigencia será el poder sostener a este número 9 que tiene el fútbol y el carisma para ser ídolo.
Con el pasar de los minutos Boca se relajó y sufrió un descuento por medio de uno de sus déficit: la marca en pelota quieta. Un córner al área chica fue aprovechado tras el pifie de Tobio y la no salida de Rossi. Aún así, sacando algún remate de casi mitad de cancha, Unión nunca generó un peligro real para el triunfo. De hecho, el Xeneize no logró el 3-1 por las malas definiciones de Pérez y Bou.
El pitido final de Vigliano selló un extenso y sufrido campeonato, uno que Boca ganó con total justicia.