A un punto de la gloria

El equipo de Guillermo Barros Schelotto consiguió un triunfo decisivo y quedó muy bien posicionado de cara al objetivo de dar la vuelta.

Boca Juniors superó por 2-0 a Unión en La Bombonera y quedó a un punto de la gloria. Sí, el Xeneize se aseguró el primer puesto de la Superliga y con un empate en cualquiera de los dos partidos que le queda será bicampeón de la Argentina. El miércoles, en La Plata, llegará la primera chance.

Y un día apareció el Boca que todos esperaban. Ese que se revela y muta dentro de un juego cuando las cosas no le salen bien. Tras un primer tiempo de pocos momentos de lucidez y solo una acción clara a favor con un disparo de Pavón que dio en el travesaño, Guillermo pateó el tablero y – desde sus cambios – llegó la reacción esperada.

Maroni por Tevez y Benítez por Bebelo. Guillermo fue por primera vez como técnico el rebelde que era como jugador. El doble cambio del entrenador fue jugado, sacando al Apache en un partido clave, aún si eso hubiera podido ser un potenciador de la crítica en caso de un mal resultado. Esos ingresos también generaron un cambio táctico: Pavón pasó a la derecha y Boca jugó con un 433 bien ofensivo en el que el cordobés fue clave.

El primero llegó tras un pase largo de Pérez para Pavón, que con un centro rasante al segundo palo, dejó solo a Ábila para liberar la angustia del empate. El segundo fue un golazo: recuperación de Buffrini yendo al piso y pase para Maroni, que con un gran cambio de frente encontró a Benítez, pase a Kichan y asistencia del 7 para Wanchope, que tras un control orientado se sacó de encima a Botinelli, lo aguantó con el cuerpo, gambeteó a Nereo y definió sin oposición. 2-0, más que merecido, y la tranquilidad que el peor panorama en estas dos fechas restantes será el jugar una final contra Godoy Cruz.

Párrafo aparte merece Agustín Rossi, que tapó dos pelotas importantes, reaccionando a una Bombonera que lo apoyó con contundencia desde que salió a realizar la entrada en calor. Si bien el joven arquero aún no parece responder a las necesidades de Boca para ese puesto, al menos supo tener personalidad para responder en un momento clave. También rindió Santiago Vergini, más allá de algunos despejes incorrectos, siendo el mejor de la dupla central.

Se necesitaba un triunfo para recuperar la confianza, ahora en La Plata habrá que cerrar un título que merece ser azul y oro.