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Editorial

Basta de violencia: la 12 somos nosotros

Llegó la hora de que el hincha de Boca recupere uno de los símbolos históricos que los medios le otorgaron a los usurpadores de los Barras.

Boca está asociado al aliento, a lo popular, al amor incondicional, y a la euforia. Esto ocurre desde la fundación del club en 1905 y hasta el día de hoy. Durante los 108 años de existencia de la institución, el número 12 representó al verdadero hincha Xeneize, al que sigue a su equipo por amor y no por negocio. Pero desde que los Barras se instalaron en el fútbol, y por el apoyo ignorante de los medios de comunicación, ese grupo mafioso y violento se apoderó del apodo del verdadero Bostero. Tras una nueva interna entre estos asesinos, que produjo en el día de ayer otras dos muertes, llegó la hora de reivindicar y recuperar el “Doce”.

En 1925 Boca Juniors viajó a Europa para realizar una exitosa gira que le significó al fútbol argentino un avance importante para comenzar a ser potencia mundial de este deporte. Además del plantel Xeneize, en la delegación viajó Victoriano Caffarena, un fanático que ya desde esa época demostraba la locura y la pasión que significa sentir los colores azul y oro en la sangre.  Haciendo de utilero, de entrenador y todo lo posible para ayudar a su equipo, por su demostración de amor incondicional, los jugadores lo bautizaron como el “jugador número 12”. Marcando el inicio del apodo que se uniría por siempre a los Bosteros.

Cinco años después, el periodista Paulo Rojas Paz de Crónica, escribió que la hinchada de Boca, por su popularidad, y por el empuje que representaba con su aliento, era “el jugador número 12” del Xeneize. Pero más allá de estos dos ejemplo tan famosos. En las notas y crónicas escritas por 1910, ya se podía leer cómo los medios hablaban de que los fanáticos de Boca eran distintos a los demás.  ya que estos eran “más enfervorizados, con un gran espíritu triunfalista y con demostraciones bullangueras”.

Alberto J. Armando, presidente del club,  en 1960 fue quién hizo oficial el apodo. Pero ya desde 1949, en ese campeonato que Boca se salvó del descenso en la última fecha al golear a Lanús, la hinchada logró ante todo el fútbol argentino, consagrarse como el jugador número doce, por su aliento interminable en el peor momento de la institución y por ser un factor fundamental para la permanencia del Xeneize en la máxima categoría.

Con la llegada de los Barras al fútbol en la década del 70, Boca perdió el histórico apodo. Ese grupo mafioso, apoyado a lo largo del tiempo por los medios complices que le respetaban el hurto, se apoderaron del número 12.  Tras un nuevo episodio violento que mancho de muerte otra tarde que debía ser de deporte y pasión, llegó la hora de que el hincha de Boca recupere su identidad. Basta de violencia: la 12 somos nosotros.

1 Comment

1 Comment

  1. cristina sikos

    22 julio, 2013 at 19:03

    Por fin !!!!! alguien se anima a escribir algo sobre los barras asesinos,MUY BUENA NOTA,en mis 63 años de bostera no sabia el origen y el choreo de «12».
    Respecto al accionar de las mismas ,con el apoyo incondicional del gobierno nacional,el gobierno de la ciudad, de los dirigentes de los clubes y de la la Afa ,si nosotros no no pones en campaña para expulsarlos,por mas dificil que sea, nos convierte en sus complices.

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