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Editorial

Boca 2019: Fin de ciclo

Analizamos el 2018 de quienes deberían ser prescindibles para el próximo año.

Se terminó la temporada oficial para Boca Juniors en lo futbolístico. Diario Xeneize te deja un 1×1 de quienes cumplieron un ciclo en Boca Juniors y deben dar un paso al costado

Paolo Goltz: Su arribo a Boca debió producirse hace varios años. Se ubicó rápidamente como titular en 2017, debido a los problemas de rendimiento mostrados por Santiago Vergini, pero nunca logró brindar la seguridad que se esperaba de él. Contrato alto, actuaciones irregulares, lesiones musculares y una notable merma física, debido a la edad, lo ubican entre los prescindibles para el próximo año. 

Leonardo Jara: Su buen 2017 hizo que se lo considerara para la selección argentina, pero su 2018 fue lamentable. Jugó más de lo que debió solo porque Julio Buffarini tardó meses en adaptarse al club y porque Gino Peruzzi no era tenido en cuenta. Sus errores en cada partido importante que jugó, donde además varias veces tuvo que ser reemplazado, terminaron de sentenciar su paso por Boca. 

Emmanuel Más: El refuerzo que no fue. Un Campeón de Copa Libertadores que llegó con expectativas de competir por el puesto con Frank Fabra, pero no superó los 6 puntos en ningún partido con la camiseta Xeneize. El arribo de Lucas Olaza y la recuperación del colombiano lo posicionan como tercer lateral izquierdo para el comienzo de 2019. Su pase corresponde a Boca y su contrato no es para nada bajo, por lo que debe ser vendido. 

Fernando Gago: Lamentablemente su carrera futbolística puede haber terminado el domingo, cuando volvió a cortarse el tendón por tercera vez. Casi no jugó en 2018, y desde hace años que no se puede contar con él a la hora del armado de un plantel. En caso de decidir continuar como profesional, deberá hacerlo fuera de la institución. 

Pablo Pérez: El capitán más nefasto de la historia de Boca. Figurita repetida en cada derrota dura del Xeneize en los últimos años. Su rendimiento nunca fue brillante, a pesar de tener momentos buenos, y sus actitudes dentro de la cancha lo mantuvieron constantemente al borde de la tarjeta roja. Expulsión insólita ante River en 2016, insulto a la platea en un festejo de gol de campeonato, lamentable estado físico y un pésimo rendimiento en cada partido importante que disputó. No se entiend eel rol protagónico que ocupó con este cuerpo técnico. Su ciclo debió terminar hace dos años. No debe pisar nunca más La Bombonera.


Edwin Cardona: El año y medio del colombiano en Boca genera sensaciones encontradas. Desde hacerle un golazo a River en el Monumental, a quedar afuera del banco de suplentes en la etapa más importante del club desde su llegada. Por momentos parecía ser la solución a la falta de fútbol que mostraba el equipo de Guillermo, y por otros parecía que su cabeza ya estaba fuera del Xeneize. Su préstamo vence a fin de año, y Boca no pagará los seis millones de dólares que cuesta su pase, aunque a él le gustaría quedarse.

Guillermo Barros Schelotto: Falló en todas las instancias clave que pudieron dejarlo en la historia grande como entrenador de Boca Juniors. Insólita semifinal de Copa Libertadores perdida ante Independiente del Valle y dos caídas en finales ante el máximo rival sentencian un triste adiós para el mellizo y su cuerpo técnico, que nunca pudo plasmar la actitud que tenía como jugador hacia sus dirigidos. Dos campeonatos locales obtenidos con un plantel lleno de figuras, que nunca lograron mantener con el tiempo una idea clara de juego. El próximo DT no debe ser una gloria del club.

Daniel Angelici: El peor presidente de la historia de Boca Juniors. La cara de la derrota. Recibió un equipo campeón invicto, con River Plate jugando la B Nacional. Durante su mandato tuvimos que sufrir cuatro derrotas mano a mano contra el máximo rival, siendo perjudicados tanto en arbitrajes como en los escritorios; ver a San Lorenzo ganando por primera vez una Copa Libertadores, a Independiente volviendo del descenso para coronarse en una Copa Sudamericana y a Racing ganando un título después de 13 años. Echó a Juan Román Riquelme y Carlos Bianchi del club, intentó por todos los medios jubilar La Bombonera y está a favor de que Boca sea una Sociedades Anónimas. La pérdida de identidad durante este mandato es incalculable. Debería llamar a elecciones antes de fin de año y no pisar nunca más La Boca. 

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