Nuestro análisis de un problema que atraviesa una de las derrotas más dolorosas en los últimos tiempos.
Seguramente que el amanecer de la mitad más muchos no habrá sido el mejor en este jueves. Es probable que muchos incluso no hayan podido conciliar el sueño. La derrota contra River duele por el contexto, por el peso del marketing que hubo sobre la Supercopa y porque los propios protagonistas de Boca hicieron parecer este partido como la final del mundo. Todo ese clima, impuesto de afuera y de adentro, exagera el dolor de un resultado que solo refleja una serie de defectos que venían repitiéndose. Sí, llegó la hora de enfrentar los demonios.
Las casualidades no existen, menos en el deporte profesional en el que todo está preparado. Sí, se puede puntualizar en alguna jugada como la que abre el partido para River, pero el concepto va más allá y apunta a un problema que trasciende la Supercopa. Boca mostró una vez más su flaqueza ante los problemas, situación que viene ocurriendo desde hace tiempo y que poco tiene que ver con el calibre del rival. Fue contra el clásico, en un partido por un título oficial, pero pasó con Argentinos hace unas semanas y en varias oportunidades en los últimos años. Guillermo Barros Schelotto y sus dirigidos padecen el estar con la desventaja en el marcador, o el jugar desde la incomodidad, algo que provoca que se anulen y que todas las virtudes desaparezcan para sacar a relucir una anarquía preocupante.
La flaqueza anímica, la poca inteligencia y la incapacidad de rebelarse es parte de lo que sufre Boca cuando está en perdedor. Es un equipo que está construido para, una vez que está ganando, atacar con espacios y así explotar todo la técnica individual. Distinto es cuando está el resultado es negativo; ahí el rival se cierra y debe aparecer la capacidad colectiva para generar huecos en los cerrojos defensivos. Ante River solo el pelota larga a un solitario Cristian Pavón parecía ser el camino al empate. Pablo Pérez se dedicó a lanzar pases largos desde cualquier sector, despreciando la posibilidad de asociarse. Nahitan Nández solo chocó, manteniendo el chip del vértigo y sin ver que el encuentro requería otro tipo de acciones. Edwin Cardona intentó, excediéndose en la individual y tomando responsabilidades excesivas que no tuvieron resultados. Carlos Tevez fracasó como líder, teniendo un partido táctico paupérrimo como delantero de área. Demasiadas falladas por nombre, que simplemente marcan el problema de fondo: no existe un plan como conjunto para superar estas situaciones, y ahí la responsabilidad recae absolutamente en el cuerpo técnico. Lo está porque – como hemos mencionado – es una secuencia que va más allá de este partido y que se repite con la nula resolución frente a la adversidad.
El fútbol tiene una verdad casi incuestionable: «Cuando todas las individualidades juegan mal, falla el técnico». En esta ocasión esa frase también es cierta y sirve para explicar otra dolorosa derrota para Boca. Que Tevez sea el nueve, en un puesto que él ya declaró hasta el cansancio que ya no siente, es responsabilidad de Guillermo. Lo es como lo fue en la serie contra Independiente del Valle, contra Rosario Central en la Copa Argentina y en la final de ayer contra River Plate en la que repitió este error. El Mellizo se encaprichó con el 433 y con el no utilizar a Wanchope por no haberlo pedido. El ingreso de Ábila cuando el partido estaba 0-2 fue un la confirmación de que pesa más su ego que la necesidad colectiva. Se podrá cuestionar si el ex Huracán tiene o no la capacidad para jugar en el Xeneize, lo que no se puede es negar que el Apache no está para jugar en esa posición, al menos no en los partidos trascendentales y contra adversarios de peso. Entonces, ¿por qué no Walter Bou si es el que prefiere? ¿Por qué no haberle pedido a Daniel Angelici un refuerzo que se acomode a sus gustos?
Las disyuntivas en las esferas alta del poder de Boca también son un tema a tratar. La no llegada de jugadores en puesto clave, tiene que ver con la falta de comunicación, de lectura y de caprichos. «Gustavo Gómez o nadie» rezó Guillermo y el equipo quedó rengo en una zona sensible. También falló Daniel Angelici, privilegiando su poder por sobre la llegada de Ricardo Centurión, quedando el Xeneize sin un suplente – o competidor – digno de Cristian Pavón. Ni hablar del miedo a las erogaciones en jugadores comprobados como Nicolás Gaitán, todo para luego relucir un nuevo superavit récord, estrategia utilizada para minimizar los fracasos deportivos.
Lo táctico es para analizar. El 433 no parece adaptarse en absoluto a las características del plantel de Boca, que solo tiene a Cristian Pavón como un extremo competente. Esto genera posicionar a Edwin Cardona como un jugador de banda, corriéndolo del circuito creativo y dándole la obligación de retroceder, función en la que está lejos de destacarse. Más allá de esto, el repetir una táctica vuelve predecible al equipo, en especial porque en la visión de Guillermo los jugadores están muy atados a sus posiciones, quitándole la impronta. Es decir, si un futbolista juega en el ataque por el sector derecho, difícilmente tire una diagonal o cambie de lado, algo que permite al rival siempre tomar referencias claras para marcar.
¿Y qué ocurre con la pelota quieta? Boca parece improvisar absolutamente todo, teniendo solo al «toque corto» como la única opción ensayada y que ha tenido poca utilidad. No hay movimientos en el área para que los mejores rematadores lleguen al punto indicado para que el lanzador tire la pelota. Tampoco hay un trabajo sobre el cómo defender y retroceder cuando la ejecución en ataque es fallida, algo que se vio claramente en el segundo gol de River Plate, por citar el ejemplo más reciente. Ni hablar del marcaje en zona cuando ejecuta el rival, o el no dejar a nadie en ataque para tratar de aprovechar una contra. El cuerpo técnico parece desmerecer una herramienta del juego que eventualmente le podría facilitar el camino cuando no encuentra su fútbol.
Hay que patear el tablero y revertir la situación. Lo anímico es vital, ya que otra vez quedaron en evidencia los líderes por su falta de rebeldía. Guillermo Barros Schelotto, a la cabeza, es el gran responsable junto a Carlos Tevez y Pablo Pérez. Si no existe una voz contagiosa, habrá que buscarla desde lo colectivo con un esquema que se adapte mejor a las características del plantel, fomentando la verdadera competencia y dejando de improvisar posiciones solo para acumular nombres, como sucede con Edwin Cardona de extremo y el Apache de nueve. Esto también es esencial pensando en las vueltas de Fernando Gago y Darío Benedetto, quienes son realmente piezas imprescindibles y a las cuales habrá que potenciar desde lo táctico. Pero, regresando a lo emocional, es el momento de revalorizar la cinta de capitán y dársela a Wilmar Barrios, jugador que representa desde su juego el espíritu que hay que enviar de adentro para afuera. Volante que al menos ejemplifica lo mínimo que se le puede pedir a un equipo como Boca: entrega absoluta, carácter e inteligencia.
¿Cómo se puede hacer esta crítica tras un partido y cuando el equipo lleva un año y medio como líder del campeonato? Se hace porque el golpe lo amerita, porque no es solo algo reciente, ya que se han ido marcando constantemente y en el momentos todos los puntos enumerados en esta nota. El problema general va más allá de esta final, tiene que ver con errores y flaquezas que han sucedido a lo largo del tiempo, pero con menor repercusión. La debilidad ante la adversidad, por la calidad individual de Boca suele aparecer ante rivales de mayor talla o contra aquellos en los que el azar no es fortuito. Mientras, en el medio, la jerarquía de muchos futbolistas sirve para sacar enormes diferencias contra Temperley, Banfield, Patronato e incluso clásicos en los que el gol llega primero del lado Xeneize.
El equipo debe ir por el bicampeonato local, título que no debe ser menospreciado. También está la Libertadores y la Copa Argentina. El año está aún abierto a terminar de otra manera pese a esta herida. Esto no significa que no haya que enfrentar a los demonios, trabajar sobre los defectos, dejar los egos de lado y buscar evitar que el azar transforme al equipo en una moneda al aire, en el que cualquier rival que logre adelantarse lo lleve a su peor versión. Lo psicológico, lo táctico y la planificación debe cambiar, no puede existir solo una forma de jugar, ignorando la posibilidad de que el destino no te juegue a favor.
Angelici, Guillermo, Tevez y el resto de los jugadores son responsables. Todavía hay tiempo, Boca necesita reencontrarse con su historia, ya no hay opción para otra frustración ni muestra de tibieza.
Marcelo
15 marzo, 2018 at 17:55
La posta bien expresada.
VAMOS BOCA
15 marzo, 2018 at 19:23
Es facil. Guillermo debe salir campeón e irse o que lo saquen. Ahora no se bien que tecnico deberia venir.
Pablo A
15 marzo, 2018 at 19:31
Coincido Totalmente! El primer paso para reconstruir la mistica, y en esto quiero sumar a todos los hinchas de Boca del pais, es dejarles bien en claro a estos jugadores y cuerpo tecnico que en Boca hay que poner huevos y dejar la vida en cada partido. A Boca lo hizo gigante Ratin, Suñe, Giunta, Serna, Casini, Roman, Palermo, etc. La hinchada tiene que pedir eso y empezar a putear! No mirar el partido como si estubieramos en un teatro viendo un show de titeres. Ojo! Es el momento de reaccionar porque ya van tres eliminaciones seguidas a mano de Riber y en la copa vamos a ser carnada facil para cualquiera
VAMOS BOCA
15 marzo, 2018 at 20:20
Tiren DTs. Bauza?
bostero
15 marzo, 2018 at 20:34
prefiero almiron
NACHO
15 marzo, 2018 at 20:34
BAUZA EN EL MANO A MANO ES IMBATIBLE! CON DECIRTE QUE LES HIZO GANAR UN TORNEO A LA LIGA DE QUITO Y A CARREFOUR. ES UN DT EXPERTO EN EL MANO A MANO.
VAMOS BOCA
15 marzo, 2018 at 21:05
Si. Pero perdio la recopa con riber en 2015.
eduard
15 marzo, 2018 at 23:52
soy pesimista los mellizos no son de arriesgar son conservadores natos se aferran a lo que tienen y hacen la logica
en un año salvo bentancur no le dieron oportunidad a nadie, en boca da lo mismo tener que no tener inferiores
cuando todos los jugadores bajan el nivel, algo pasa con la motivacion
en el partido contra tigre no debio jugar tevez, no aguanta el ritmo esta golpeado y ahora tiene un problema con la justicia.
en ese partido boca genero 14 oportunidades de gol y solo hiso 2, con riber tuvimos cuatro ellos 2 ,perdimos 2 a 0
guillermo no tiene resuelto
problema arquero rossi se vio ayer que es bueno pero…
problema centrales goltz esta escalon abajo
fabra no tiene equilibrio defensivo
perez un desastre
cardona puesto imposible
tevez horrible
sin garra, sin futbol, sin punch, endeble , sin estrategia esto no es boca
SODOMIZANDO PLUMIFERAS
16 marzo, 2018 at 00:28
se perdio por varias razones, NO HAY UNA SOLA RAZON!!!
se perdio por que no tenemos 1 jugador distinto como CENTURION…
se perdio por que debía de haber reservado muchos jugadores para aguantar en el fondo, ellos necesitaban ganar si o si para salvar el año y nosotros teniamos que jugar con su necesidad!! ESO NO SE ENTENDIO….
se perdio por que ellos sumaron 1 jugador en el medio campo para combatir y nosotros jugamos a atacar. Es por ello que defendían mejor agrupándose y nosotros no teniamos con quien jugar cuando atacábamos por que estaban TODOS MARCADOS SIN POSIBLIDAD DE PASE. ellos tienen centrales que van bien de arriba y un arquero que se destaca sacando pelotas difíciles pero se come las fáciles… había que entrar de contraataque, que es como les hicieron todos los goles!!
se perdio por que no hicieron los que dice el MAESTRO BIANCHI!! los equipos se arman de atrás hacia delante
se perdio por que TEVEZ no juega comodo y esta en bajo nivel futbolístico.
se perdio por que no se cambio el juego que ya a esta altura esta recontra conocido!! HABIA QUE CAMBIAR
se perdio por que NO TENEMOS UN ARQUERO COMO PARA BOCA. Tal vez el pibe sea bueno pero le falta mucha experiencia como para ser titular, y no lo digo por el penal…
se perdio por que hay jugadores que tienen que tener mas rodaje y banquean…
ERA UN PARTIDO PARA SER AMARRETE Y SACAR PROVECHO
ESPERO QUE LOS RESPONSABLES SEPAN DARSE CUENTA QUE TODO PUEDE CAMBIAR SOLO HAY QUE QUERERLO, DEJANDO LAS MISERIAS E INDIVIDUALIDADES DE LADO, TIRANDO TODOS PARA EL MISMO LADO!!!
para ganar la copa libertadores hay que CAMBIAR YA
guillermo
16 marzo, 2018 at 08:48
suscribo todo lo que dijo Fantino,ojo el verdadero hincha de boca esta muy enojado es un club grande no una escuela de tecnicos
Nicolas
17 marzo, 2018 at 03:58
Gente todos estamos enojados pero que partido vimos…? Riber no jugó a nada, Armani salvo a riber en un tramo del.sefundo tiempo. En el.primer tiempo rubwe daba lastima le cobraron el penal y punto. En el segundo tiempo un contragolpe en el.mejor momento de boca y después Armani figura.
No seamos hipócritas… riber jugó.mal., boca no jugó un gran partido pero no fue un problema de actitud, eso es mentira, ellos llegaron con un penal y un contragolpe….
Queremos hablar de la inteligencia de gallardo y la terquedad de Guillermo bueno. Pero actitud de riber…? Si no llego una vez clara … Si no pararon al arco. Le pegaron para arriba todo el partido. Un penal y un contragolpe.
No se que partido vieron.
SODOMIZANDO PLUMIFERAS
17 marzo, 2018 at 12:11
que partido vimos?
vimos un partido MAL PLANTEADO por que debimos haber jugado 4 -4-2 aguantando el arco en 0 y definirlo con la impotencia del rival que estaba apremiado por ganar el partido…
vimos un partido mas que loustau falla en sus fallos contra boca. ya sabíamos que esto iba a pasar otra vez!!
vimos una copa mas que se nos escapa por no hacernos fuertes en el fondo!! tenemos jugadores rápidos pero no explotamos sus cualidades técnicas. atacamos en bloque en vez de explotar el contraataque
al final nos comimos otra vez la impotencia nosotros
objetivamente esta bien lo que decís pero eso no alcanza!! subjetivamente hay que ser autocritico, DE LOS ERRORES HAY QUE APRENDER PARA NO VOLVER A COMETERLOS
si queremos ganar la copa necesitamos CAMBIAR DE VEZ EN CUANDO y en el banco tenemos jugadores que serian titulares en cualquier club!! usémoslos para darle rodaje son el futuro de boca
Nicolas
18 marzo, 2018 at 13:05
Totalmente de acuerdo compa. Pero me rompe las bolas que hablen de actitud los periodistas. Esto no fue por actitud.
Te voy a dar un ejemplo claro. Si boca ganaba uno a cero este partido así como se jugó sabes que iba a decir el periodismo..? Que boca propuso y riber fue un desastre. Con el resultado puesto dicen ahora : riber sabe jugar finales… no patearon al arco,con hicieron dos pases seguidos….
Que Guillermo sea una cagada como dt lo comparto. Un tipo que va a morir con su esquema y nada más. Partido como estos donde se ve la vivieza del dt y el no la tiene.
Nicolas
17 marzo, 2018 at 03:58
Gente todos estamos enojados pero que partido vimos…? Riber no jugó a nada, Armani salvo a riber en un tramo del.sefundo tiempo. En el.primer tiempo rubwe daba lastima le cobraron el penal y punto. En el segundo tiempo un contragolpe en el.mejor momento de boca y después Armani figura.
No seamos hipócritas… riber jugó.mal., boca no jugó un gran partido pero no fue un problema de actitud, eso es mentira, ellos llegaron con un penal y un contragolpe….
Queremos hablar de la inteligencia de gallardo y la terquedad de Guillermo bueno. Pero actitud de riber…? Si no llego una vez clara … Si no pararon al arco. Le pegaron para arriba todo el partido. Un penal y un contragolpe.
No se que partido vieron.
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