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Editorial

Molina Lucero: antecedentes y similitudes

La dirigencia Xeneize mantiene un conflicto con el lateral, pero no es el único caso.

Nahuel Molina Lucero se negó a renovar contrato con Boca y se realizó una operación en la rodilla producto de una lesión preexistente sin permiso del club. Este conflicto sirvió como puntapié inicial para conocer casos similares en las últimas décadas. A continuación, Diario Xeneize te trae un repaso por aquellos jugadores que sufrieron lesiones cerca de la finalización de su contrato y que caminos tomaron en conjunto con la dirigencia. Además, hay algunas perlitas con situaciones extrañas que tuvieron más de un involucrado.

Martín Palermo sufrió dos roturas de ligamentos en la misma rodilla jugando para Boca. La primera fue en noviembre de 1999,  en cancha de Colón, el «loco» convirtió su gol 100 en el futbol argentino y posteriormente se fue lesionado. Hacía dos meses, Mauricio Macri lo había imposibilitado de irse a jugar a Lazio a cambio de 15 millones de dolares. En ese momento, Palermo se recuperó y fue clave en la etapa final para la obtención de la Copa Libertadores 2000 y la Copa Intercontinental. Luego, en 2008, un Palermo de 34 años sufrió una rotura peor frente a Lanús ya que involucraba al ligamento cruzado anterior y lateral. El delantero histórico ya tenía renovaciones de contratos con vencimientos anuales en el Xeneize y, pese a su lesión, rápidamente extendió su vínculo con Boca.

Durante el año 2010 se habló mucho de la renovación de Juan Román Riquelme. El máximo ídolo de la historia de Boca había sufrido una lesión en los meniscos y su vínculo llegaba al fin. Daniel Angelici, por entonces tesorero del club dimitió a su cargo por estar en disconformidad con el presidente, Jorge Ameal. Lo cierto es que Roman renovó por cuatro años y se ausentó las primeras fechas del equipo al mando de Claudio Borghi.

En el año 2012 se dio una situación extraña en Boca con sus arqueros. Agustín Orión era el arquero titular y tenía una lesión en los meniscos de su rodilla izquierda provocada en la final de Copa Libertadores ante Corinthians. Por su parte, Sebastián Sosa, quien se presumía titular decidió irse a Velez antes de comenzar la pretemporada porque no llegó a un acuerdo desde lo económico con la dirigencia del club para la mejora de contrato. Con Javier García renovando su préstamo en Tigre y sin intenciones de volver a Boca, Sebastián D’Angelo debutó con la camiseta del Xeneize en la pretemporada.

Lisandro Magallán había sido adquirido por Boca en 2012 como una apuesta proveniente desde Gimnasia de La Plata, donde había hecho todas las inferiores y cedido posteriormente a Rosario Central. En el año 2014 se empezaba a afianzar en el Xeneize de la mano de Arruabarrena y llegó a convertirle a River su primer gol en la primera división. En un partido con Defensa y Justicia sufrió la rotura de ligamentos. Un año despues, Magallán renovó contrato con Boca y fue cedido a Defensa para luego retornar al club, ser pieza fundamental en la defensa campeona con Guillermo Barros Schelotto y posteriormente, ser vendido a Ajax por una cifra cercana a los 11 millones de dolares.

En 2016, Sebastian Perez llegó a Boca como campeón de la Copa Libertadores y firmó contrato por 4 años. Posteriormente, el volante se rompió los ligamentos y nunca pudo volver a su nivel. Desde entonces, el paisa jugó en Barcelona de Ecuador y Pachuca. Justamente, previo a su paso por México, el jugador renovó hasta junio de 2021. Hoy, Seba entrena en Boca pero sin claridad sobre su futuro.

En 2018, Frank Fabra sufrió la rotura de ligamentos cruzados de la rodilla izquierda en la etapa previa al Mundial de Russia. El lateral tenía un año más de contrato con Boca, pero el Xeneize decidió extender su vínculo hasta 2023 mientras el jugador realizaba su rehabilitación. En consonancia, la dirigencia de ese momento decidió incrementar la claúsula de salida del colombiano que era de 10 millones de dolares.

Fernando Gago rescindió su contrato con Boca en 2019, luego de la tercera rotura en su tendón de Aquiles (segunda en la pierna izquierda). El volante surgido de las divisiones inferiores del Xeneize tenía contrato vigente y estaba próximo a cumplirse, pero el 5 de la Selección Argentina y multicampeón con la azul y oro decidió ponerle fin a su ciclo en el club pensando en un retiro de la actividad profesional. Pero, Gago terminaría firmando contrato con Velez 8 meses despues para disputar la Superliga Argentina. Actualmente, el oriundo de Ciudadela se encuentra recuperándose de una nueva rotura de ligamentos.

Otros dos casos recientes de jugadores del Xeneize que decidieron irse del club con alternativas totalmente opuestas son Santiago Ramos Mingo y Maximiliano Zalazar. El primero, se negó a renovar contrato con Boca y fue adquirido por Barcelona B, donde todavia no debutó. Tras su salida, el central manifestó que «había hablado con la anterior dirigencia y habíamos quedado en que íbamos a hablar después de las elecciones porque no sabían si iba a seguir o no. Una vez que se fueron, yo ya había tomado la decisión de irme. No hubo chances de hablar con la nueva dirigencia, la decisión ya la tenía tomada». En cambio, Zalazar paso a Internacional de Porto Alegre y antes de hacerlo firmó su primer contrato profesional para «dejarle algo al club».

La relación entre Molina Lucero y Boca está rota y así lo demuestran las declaraciones públicas de ambos bandos. Desde la dirigencia del Xeneize sostienen que han hecho todo lo posible para retener al jugador y mejorar su contrato. Por eso, Ameal y el Consejo de Fútbol señalan a su representante y la dirigencia anterior por no haber extendido el vínculo antes de cederlo. Además, en Boca creen que el jugador tiene un ofrecimiento de Europa y hasta sospechan de un acercamiento de River con Leo Rodríguez, su manager.

¿Recordás otro caso similar? ¿Qué medida debe tomar Boca? ¿Veremos a Nahuel Molina Lucero con la camiseta del Xeneize otra vez?

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