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Editorial

Riquelme nos dejó ateos

Hoy se cumple el primer aniversario del retiro del máximo ídolo de Boca Juniors. A 365 días de la decisión más dolorosa de Juan Román Riquelme.

Pasó un año y el fútbol se puso más feo. Su ausencia agravó las enormes diferencias que existen entre la cantera explotada de Sudamérica y esa conglomeración de multinacionales que es la UEFA. Ya es imposible conmoverse en estas tierras por la abundancia de un futbolista de tanto talento. Riquelme eligió terminar su carrera, perdiendo la apuesta con su hermano de que seguiría hasta los 40. Perdió él, pero terminamos perdimos todos.

Se terminó la carrera del jugador que debutó y se despidió bajo una ovación de La Bombonera. Aquel que siempre aparecía en las difíciles sin tener que tirar fuegos artificiales, poniendo toda su valentía para pisar – y pensar con – la pelota para el beneficio de su equipo, de la mitad más uno. Sí, el que no perdía con River y ganaba finales. El que sentía cada minuto de juego al ritmo del vals Xeneize.

Ahora no hay quién trate a la pelota con cariño. El fútbol perdió mitología, belleza, sentimiento, identidad y magia. A los que crecimos viéndolo, Riquelme nos dejó huérfanos de ídolos. Nos dejó ateos.

3 Comments

3 Comments

  1. brian

    26 enero, 2016 at 09:00

    El mas grande único ídolo de boca juniors !

    Este si tiene códigos ……no como el gordo chanta papelonero

  2. Ezequiel

    26 enero, 2016 at 15:56

    Era hasta los 40, Roman.

  3. Sergio Arico

    26 enero, 2016 at 21:30

    La magia nos dejó… Gracias Romannnn

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