Boca Juniors venció a Belgrano como visitante en un partido que sirve para enviar un mensaje. El Xeneize sigue puntero y supo lidiar con dos expulsiones en contra.
El clima, la sede, la distancia en la tabla y el nivel mostrado por los dos equipos en la previa hacían de este partido una verdadera final. Boca salió a la cancha a enfrentar sus demonios del pasado reciente y logró pasar la prueba con éxito al vencer a Belgrano sin brillo, pero con mucha valentía y personalidad.
De entrada quedó en claro que sería un partido para sufrir, la tan criticada decisión de Arruabarrena de sumar otro volante posicional como Bentancur no funcionó. Boca fue un equipo sin sorpresa y que no logró recuperar ni generar juego ante Belgrano. Claro, el Xeneize cuenta con un jugador como Tevez que puede romper cualquier déficit colectivo y que fue la clave para el gol de Fernando Gago (su cuarto en el club). El Apache tuvo la lucidez de ver y asistir con enorme precisión a Peruzzi para que el lateral – en su primera subida – asista a Pintita para el 1-0.
Pese a irse al descanso en ganador, Boca tuvo un segundo tiempo a puro sufrimiento. Todo empezó con la lesión de Rolín, que ni salió a la cancha y le dio su lugar al debutante Tobio. Luego continuó con la tontería de Pablo Pérez, que vio la roja por doble amarilla luego de que el árbitro le perdonara la expulsión en una jugada previa. El ex Newell’s repitió su descontrol y exhibió a un Arruabarrena que debió reemplazarlo al ver el nerviosismo de su dirigido. Para peor fue lo que ocurrió apenas unos minutos después, cuando Peruzzi calculó mal y obligó al árbitro a sacarlo del partido por la dura patada que pegó.
Con 9 jugadores Boca debió resitir, teniendo a Tevez como el único pulmón para ganar algo de aire en cada una de sus intervenciones. La pésima definición de Belgrano y el esfuerzo de los jugadores fue vital para que Boca gane un partido de esos que transforman a equipos en candidatos.
Ahora se viene la Copa Argentina y Arruabarrena deberá cambiar muchas de sus decisiones. Esta noche lo salvó la jerarquía de Tevez y la testosterona de 9 jugadores que dejan a Boca una vez más en la cima del campeonato.