Este domingo puede ser el último partido de Juan Román Riquelme con la camiseta de Xeneize en la Bombonera. El hincha y el jugador deberán enfrentar un partido que huele a despedida aunque sin una confirmación oficial. ¿Con qué derecho la dirigencia oculta la verdad de si este es el capítulo final de la máxima leyenda de Boca?
No tienen perdón. Daniel Angelici y el resto de la comisión directiva ha llegado al máximo punto de soberbia y maltrato. En su afán de manosear y basurear a Juan Román Riquelme le están robando aquello que nadie tenía el derecho a quitarle: su chance de despedirse del hincha de Boca con todos los honores.
Este domingo puede ser el último partido de una leyenda inmensa en «el patio de su casa», en esa Bombonera que tan bien conoce y disfrutó. El hincha acudirá al templo con la consciencia de que quizás sea le despedida de su ídolo, pero sin la confirmación oficial. Eso que parece tan simple como una cuestión gramática y la utilización de un tiempo verbal distinto, es en realidad algo mucho mas profundo y sustancial.
La diferencia entre un «podría» y un «será» es muy importante, ya que cambia absolutamente todo el contexto. ¿O acaso no habría mucha más gente desesperada por conseguir una entrada si tuviera la certeza de que será la última vez que va a ver jugar a Román? ¿No cambiaría también la forma en la que Riquelme juegue, dejando la furia esa que debe sentir ahora de lado, para dedicarse a disfrutar de la emoción y la nostalgia que le significaría estar ante su despedida del club de sus amores y del fútbol?. ¿Con qué derecho Angelici nos roba a todos nosotros la posibilidad de saber la verdad y de vivirla como corresponde?
Estos dirigentes viven con miedo y bien lejos de la valentía tan respetada históricamente en Boca. Tienen pánico de revelar sus deseos de sacar del club a Riquelme y de la posible reacción popular ante esa decisión. Eso los paraliza, los ciega y los obliga a actuar desde las sombras con sus medios afines para intentar cambiar la realidad. También los anula y los hace tomar acciones sin sentido como la de hacer infinidades de encuestas buscando encontrar una respuesta que nunca encontrarán.
Podrán maltratarlo, querer ensuciarlo, acusarlo y hasta echarlo del club como si fuera un delincuente y no el máximo ídolo del club. Lo que nunca podrán lograr es romper el vínculo de amor que existe entre Riquelme y los hinchas de Boca. Ese que seguramente explotará con mucha bronca y lleno de pasión este domingo en la Bombonera.
miguel
9 mayo, 2014 at 15:44
exelente nota
Anibal
9 mayo, 2014 at 16:59
Simplemente espectacular
cristina sikos
9 mayo, 2014 at 18:44
buena nota,pero la realidad me paraliza ,no puedo creer que angelici y su mafia nos gano GANO ????los hinchas viene demostrando de todas las formas posibles,civilizadamente que ROMAN SE QUEDA…acaso como mafiosos que son deben quemarles el pacto presicenciable con ellos alli,el domingo.VOTO POR ELLLO.