Connect with us

Editorial

Uno por uno del Boca 2018

Te dejamos un repaso del rendimiento de todo el plantel, de Daniel Angelici y de Guillermo Barros Schelotto en esta temporada.

El 2018 quedará marcado a fuego por los hinchas como uno de los peores y más dolorosos. La sensación de impotencia y de bronca incluyó a la dirigencia, al cuerpo técnico y también a los jugadores. La obtención del bicampeonato local no alcanzó, pero aún así Diario Xeneize te deja el puntaje sobre cómo vimos nosotros a todos los protagonistas. Mirá:

ARQUEROS

Esteban Andrada: 7. Refuerzo esperado:
El arquero arribó y trajo un estilo que hacía mucho tiempo no tenía Boca Juniors. Buen juego de pie, dominio del área y atajadas de las difíciles; características que contrastan con las de Rossi, Sara u Orion, que suelen convivir abajo del travesaño y de su buena ubicación. Es cierto que su peor partido fue el más importante, pero también es para resaltar que antes tuvo un nivel altísimo y muestra de personalidad al seguir jugando pese a tener la mandíbula rota. Tiene potencial para seguir durante muchos años en el puesto, dependerá de su regularidad.

Agustín Rossi: 5.5. Arrancó mal, terminó bien, pero deja dudas:
Gran nivel en la ida de la final, pero muchos errores de estilo que no ayudan a darle la titularidad en un arco como el de Boca; el ejemplo más claro es el gol en contra de Izquierdoz, uno que se podría haber evitado de manera simple si él se parara dos metros más adelante y saliera a romper con los puños. Tiene condiciones pero le faltan varios fundamentos que Andrada y Roffo sí poseen. Habría que darlo a préstamo para que gane confianza y ritmo, ya que por su edad tiene margen de mejora.

Carlos Lampe: sin puntaje. Misterio total:
El arquero boliviano llegó como refuerzo para la Copa Libertadores por la lesión de Andrada y la irregularidad de Rossi. La levantada final de este último no le permitió jugar, algo que se agravó al no poder actuar en Superliga. Se desconoce si sus condiciones se sostienen en un arco como el de Boca, pero él aún no se dio por vencido en su sueño de quedarse y hasta prometió nacionalizarse con tal de extender su estadía. Dependerá de Alfaro y de lo que pase con Rossi.

Guillermo Sara: 3. El gran perdedor del arco en los últimos años:
No por los resultados conseguidos, sino porque él siempre desperdició la oportunidad de adueñarse del puesto. Lesiones y errores evitables fueron parte de la culpa que lo llevaron a ser siempre suplente, desde un experimentado Orion hasta de un joven Rossi. Condiciones tiene, pero no estuvo a la altura. Se fue a Lanús y con su salida llegó Andrada, lo que significó una mejora notable para el Xeneize.

DEFENSORES

Carlos Izquierdoz: 6. Necesario pero con menos chances para el error:
Tiene juego aéreo, personalidad y capacidad para liderar. También demostró que puede jugar mano a mano; aún así, en la final contra River tuvo repercusión directa en casi todos los goles, por lo que habrá que tener paciencia a la hora de catalogar si fue la gran incorporación que muchos marcan.

Lisandro Magallán: 4. Despropósito:
Su salida al Ajax marca una de las mayores estafas por parte de Boca Juniors. El central tiene tantas condiciones como problemas de concepto. Al jugar de segundo central le cuesta horrores utilizar su pierna inhábil, también mostró problemas con su pase y a la hora de ir a cabecear. Demasiadas oportunidades que solo sirvieron para que el club acumule dinero en este mercado de pases.

Leonardo Balerdi Rosa: 6,5. Calidad de crack:
El juvenil aprovechó las pocas chances que le dio Guillermo para exhibir muchas de las condiciones que lo hacen ser un defensor diferente. Altura, capacidad de anticipo, fuerza y técnica para salir jugando. Debe pelear por la titularidad.

Paolo Goltz: 4. Se esperaba mucho más de lo que terminó siendo:
Su paso por el fútbol argentino y por México fue muy bueno, pero en Boca solo tuvo pocos partidos a la altura de sus condiciones. Se encuentra en el lógico declive y casi nadie lo considera como un titular para el 2019. Si existe la chance de traer un par de centrales, habría que negociarlo.

Santiago Vergini: 2. Un capricho de Guillermo que costó caro:
En su momento el técnico prefirió su llegada a la de Walter Kannemann, en un error que nunca quiso admitir y que sostuvo en un par de mercados de pases en los que no trajo centrales porque él los consideraba los «mejores de la Argentina». Su salida fue más que justa.

Agustín Heredia: 4. Aún con nervios y sin demostrar su potencia:
El cordobés viene siendo uno de los mejores de la reserva desde hace un par de temporadas, pero cada vez que le tocó en primera tuvo errores que no le son habituales y que trajeron inseguridad. Un candidatazo a irse a préstamo para ganar continuidad.

Gonzalo Goñi: 4. Fugaz:
Un solo partido en el que no convenció. El defensor categoría 1998 siempre fue un mimado por Guillermo, pero un par de lesiones pararon una proyección que el Mellizo finalmente le dio. El contexto de su debut fue en un partido sin mucha importancia y con suplentes, pero él no se destacó ni aportó seguridad. Se encuentra cedido en Agropecuario.

Julio Buffarini: 5. Con chances de revancha:
Arrancó mal y terminó muy bien, pero lejos de lo que todos esperaban. El lateral derecho fue uno de los refuerzos que más ilusión por su paso en San Lorenzo, algo que lamentablemente no funcionó al principio. En los partidos clave de la Copa Libertadores reapareció su mejor versión, logrando ganar consideración como el titular para este 2019.

Leonardo Jara: 3. Un polifuncional que no terminó siendo efectivo. El, casi siempre, lateral tuvo una triste costumbre de rendir mal en los partidos clave; teniendo como agregado el sufrir lesiones que obligaban a gastar un cambio innecesario. En toda su estadía supo encontrar mayor solidez cuando jugó como volante, puesto en el que no tiene las condiciones necesarias para ser titular. Hay que negociarlo.

Gino Peruzzi: 4. Fracaso:
Un jugador de condiciones igual de grandes que las desilusiones que generó. Lateral derecho completo, con buena técnica, correcta marca y más que positivo apoyo en ataque.

Frank Fabra: 5,5. Una baja irremplazable:
El colombiano es uno de los jugadores diferentes que tiene Boca en su plantel. Si bien muchas veces fue mirado de reojo por su supuesta capacidad de marca, ha sido siempre el lateral más regular defensivamente que tuvo Boca en los últimos años. Ni hablar de su capacidad de desnivelar en ataque, algo que siempre ha sido de provecho de Darío Benedetto. Mas y Olaza no supieron reemplazarlo con justicia cuando él se rompió la rodilla en la previa del Mundial de Rusia. Su recuperación cuenta como un refuerzo de lujo para el 2019.

Lucas Olaza: 5. Menos de lo esperado:
Defensivamente correcto pero sin mostrar la soltura en ataque que tuvo en Talleres. No se puede decir que el nivel del uruguayo en Boca sea malo, pero sí que se esperaba más de él. Siempre más vinculado al ataque que a la marca, no aportó mucho cuando pasó la mitad de la cancha. Si Fabra está bien, deberá esperar en el banco hasta que se cumpla su préstamo.

Emmanuel Mas: 4. Una decepción gigante:
El lateral por izquierda parecía un refuerzo de lujo para competir con Frank Fabra en un nivel alto por el puesto. Lamentablemente su versión en Boca fue lejana de la que supo tener en San Lorenzo y en San Martín de San Juan. Aportó un par de goles en pelota parada y poco mas. Seguramente sea negociado.

Juan Manuel Insaurralde: 3. Otro que pagó caro su regreso:
El marcador central nunca pudo ser aquel que actuó con tanto nivel con Julio César Falcioni. Lesiones y esquemas donde quedaba más abierto a retroceder en velocidad lo perjudicaron. Terminó yéndose al Colo Colo y nadie lo extrañó.

Fernando Evangelista: 2. Vuelta sin sentido:
Tuvo la chance de regresar a Boca luego de varios préstamos, algo que no muchos chicos del club pueden tener. Cada vez que saltó al campo de juego se lo vio timorato y con errores, sin mostrar nunca el nivel que había logrado en Unión y en Atlético de Tucumán. Su partida fue necesaria.

VOLANTES

Nahitan Nández: 7. Jugador de inicio, final y futuro:
La llegada del uruguayo generó una revolución por su intensidad y su capacidad goleadora. Luego de unos meses entró en un bajón que hizo que muchos dudaran de lo que habían visto, pero tras el Mundial, de a poco se reencontró con su juego y fue la figura excluyente de la Copa Libertadores, incluso por encima de los futbolistas del ganador. Con otro técnico puede aportar aún más, es por eso que la dirigencia deberá tratar de hacer lo imposible para que se quede.

Wilmar Barrios: 7. De ídolo a olvidado:
Es muy injusto lo que ocurrió con el colombiano, que por dos años seguidos fue el mejor jugador de Boca y que de repente muchos hinchas suelen ponerlo en su lista de posibles transferibles. La expulsión contra River y algún que otro partido con dudas, en los que mostró ser humano, lo pusieron en un lugar de cuestionamiento excesivo. No tiene ni ha tenido suplente, su partida dolería mucho y es por eso que debe quedarse y tener un relevo para que no siempre tenga que jugar y desgastarse tanto.

Fernando Gago: 3. Un cierre doloroso:
Nadie puede cuestionar la calidad del volante, siendo uno de los mejores futbolistas que han salido de las inferiores. Lamentablemente las lesiones fueron mermando su continuidad y su nivel, teniendo un último regreso en el que nunca pudo estar a la altura de su brillo y en el que sufrió otra ruptura del tendón que parece ponerle un freno a su carrera. No merecía cerrar así su paso por Boca .

Pablo Pérez: 2. Sobrevalorado y con necesidad de salida:
Un volante de juego con desconceptos y un recuperador que suele cometer faltas innecesarias. Tras un gran primer año, su nivel ha bajado muchísimo, sosteniéndose como titular por algunos partidos aislados en el 2017 y 2018; unos en los que incluso ha sido el peor del equipo pero que ha logrado salvar por aparecer en jugadas determinantes (Talleres y Cruzeiro). Todo su lucimiento se basa en su talento, uno que tampoco es tan elevado; y suele padecer su falta de inteligencia, una que no puede no tener en el puesto en el que juega. Su insulto a los hinchas ya le merecían irse, pero fue su apática versión en la final la que terminó de cerrar una historia llena de oportunidades inmerecidas.

Emanuel Reynoso: 4. Una incógnita:
Bebelo llegó a Boca como promesa y en una negocación que terminó costándole mucho dinero y jugadores al club. Guillermo lo pidió con énfasis y luego casi no le dio oportunidades. Cuando rindió luego desapareció, sufriendo un destrato inentendible por parte del cuerpo técnico. Tiene que focalizarse en el lugar donde se encuentra y sumarle intensidad a su juego. Quizás con Alfaro aparezca el futbolista que se esperaba.

Agustín Almendra: 5. El futuro está en sus pies:
Si bien no ha sido regular, el juvenil categoría 2000 dejó muchos momentos de todo su potencial. Es uno de los pocos volantes con capacidad de cambiar de ritmo con pelota dominada, algo que Guillermo no aprovechaba poniéndolo muchas veces de espalda o muy lejos del arco y sin nadie que le devuelva una pared al vacío. El 2019 tiene que ser su año.

Edwin Cardona: 5. Un talento desaprovechado:
El colombiano mostró muchas veces tener una técnica y unas características que lo hacían diferente. Guillermo se obsesionó en ponerlo en una banda y en alejarlo del circuito creativo, algo que a la larga terminó costándole caro. En los clásicos y en los partidos importantes siempre demostró que tenía personalidad para jugarlos, su ausencia en el banco de Madrid es uno de los grandes pecados del ciclo del Mellizo. Se fue ante una dirigencia que tampoco supo aprovecharlo y que ahora deberá buscar un jugador igual o superior en cuanto a capacidad.

Julián Chicco: 3. Los de abajo también se equivocan:
El volante central tuvo un par de partidos correctos y muchos otros en los que falló considerablemente. Es cierto que ha jugada muchas veces en contextos poco favorables y con equipos alternativos, pero él también exhibió una notoria lentitud en los traslados y en la toma de decisiones con la pelota. Habrá que cederlo para que se termine de foguear en otro club de Primera.

Gonzalo Lamardo: 4. Pocas chances y un futuro lejano:
Con buen nivel en reserva, su llegada a Primera le terminó restando. Con Schiavi jugaba de extremo o de volante ofensivo, mientras que el Mellizo lo utilizó como una rueda defensiva en los pocos minutos que vio. Es categoría 1997, por lo que todo indica que se irá de Boca en este mercado de pases.

Gonzalo Maroni: 5. El castigado:
Las veces que el enganche entraba generaba la sensación de tener cosas diferentes al resto. Lamentablemente los Barros Schelotto solían premiar su buen ingreso quitándolo del equipo y del banco de suplentes. Su salida a Talleres fue necesaria para que él se sienta más valorado y pueda ganar ritmo. En junio deberá volver y, si sigue progresando, puede ser un futbolista muy valioso para Boca.

Sebastián Pérez: 5. El olvidado:
Guillermo nunca lo quiso y una lesión lo perjudicó. El Mellizo terminó viéndose obligado a contar con él en el cierre del campeonato, donde él respondió y terminó siendo importante para el bicampeonato. Lamentablemente, sin lugar, se tuvo que ir a México donde tampoco encontró lugar. Tiene condiciones y es un jugador a recuperar, aunque parece difícil que regrese ahora con los problemas de cupo que tiene el Xeneize.

DELANTEROS

Darío Benedetto: 7. Un delantero de jerarquía:
Volvió de la lesión de su rodilla y fue el gran responsable para que Boca alcance la final de la Copa Libertadores: dos asistencias contra Libertad, tres goles ante Palmeiras y dos ante River. Es el futbolista a potenciar en el 2019.

Cristian Pavón: 6. Ciclotimia:
Una primera mitad brillante y otra para el olvido. Pavón fue gran responsable de que Boca saliera bicampeón local, ganándose un lugar para el Mundial por ese rendimiento. En la segunda parte del año, ya pasado lo de Rusia, mostró un rendimiento apático que hace que muchos consideren que deba irse vendido en este mercado de pases; pero, en caso de quedarse, Alfaro quizás pueda recuperar su mejor versión e incluso mejorarla.

Ramón Ábila: 7. Wanchope suma:
Reemplazó a Darío Benedetto en gran manera, siendo también muy importante en la obtención del bicampeonato. Hasta la vuelta del Pipa rindió en gran nivel, incluso cuando compartieron cancha. Su última imagen, jugando lesionado en Madrid, le quitó un poco de brillo a su 2018. Sostenerlo será un lujo para un equipo que tendrá dos 9 de gran capacidad.

Carlos Tevez: 5,5. Apache en otro rol:
La tercera etapa del delantero en Boca lo encontró teniendo que adaptarse a otra realidad: hoy es suplente e incluso ni siquiera es la primera opción para ingresar. Aún así, logró tener buenos partidos, meter goles importantes y mostrar respeto pese a que muchas veces fue ninguneado por los Mellizos. Le queda un año de carrera y merece cerrarlo a la altura de su nombre.

Mauro Zárate: 5,5. Jerarquía en espera:
De más a menos, así fue el rendimiento del delantero que llegó como gran figura para la Copa y que se quedó en el banco viendo como Guillermo no le daba posibilidades. Hay que definir su puesto, porque las condiciones las tiene para marcar la diferencia. Jugando detrás de un 9 fue cuando mejor rindió.

Sebastián Villa: 5,5. Un velocista que mucho puede dar:
El colombiano llegó siendo un desconocido para muchos y, en poco tiempo, logró demostrar un gran potencial para el futuro. De hecho, terminó ganándose un lugar como titular en la final de la Copa Libertadores. Con Alfaro quizás sume algunos conceptos tácticos que lo hagan mejorar como jugador. La rapidez, la técnica y el desequilibrio lo tienen, hay que explotar sus virtudes.

Walter Bou: 3. Apariciones muy esporádicas:
El delantero aportó goles (pocos) en este año, lo hizo tras muchos partidos en los que casi no intervino de manera positiva. Se fue justamente cedido al Vitoria de Brasil, club con el que descendió y del que seguramente rescindirá para volver a ser negociado por el Xeneize.

Oscar Benítez: 3. Un paso que no será recordado:
El extremo iba a venir en la temporada anterior pero prefirió irse a Portugal, país en el que jugó poco y nada. Su llegada a Boca fue con un perfil bajo y su aporta terminó siendo parecido. Su salida a Argentinos fue

Cristian Espinoza: 3,5. Poco para lo esperado:
El extremo tuvo un año en el que solo en los últimos partidos demostró parte de lo que creía que iba a aportar. Jugó cuando la presión era menor y en contextos favorables por ese tema, ocupando un lugar que tranquilamente podría haber sido para un juvenil. Se termina su préstamo y no volverá.

Agustín Bouzat: 2. Una gran venta para tan poco juego:
El extremo había brillado en Defensa y por eso se ganó un lugar de nuevo en Boca; su nivel no estuvo a la altura de lo esperado y su salida a Vélez fue lo más productivo de su paso por la cifra que dejó (2.000.000 de dólares por el 50% de su pase).

Guido Vadalá: 4. Promesa sin brillo:
Jugó poco y aportó en igual manera. Tuvo que jugar de nueve cuando siempre fue un futbolista que ingresaba al área en vez de convivir en ella. Tuvo que irse a Chile para buscar continuidad. Regresará para el 2020.

Mateo Retegui: sin puntaje. Tapado pero con condiciones:
Fue el último futbolista que Guillermo Barros Schelotto hizo debutar; fueron pocos minutos pero él se encargó de aprovecharlo al exhibir toda su intensidad. Terminó el año con un gran rendimiento en reserva, anotando en muchos encuentros consecutivos. Está tapado por dos nueves de calidad, por lo que deberá esperar pacientemente alguna oportunidad.

CUERPO TÉCNICO

Guillermo Barros Schelotto: 1. Sin la altura de su figura de jugador:
El técnico fue el primer responsable de un año lleno de frustraciones y derrotas dolorosas. Nunca demostró estar a la altura, dependiendo demasiado de individualidades y sin tener una idea colectiva clara. El ejemplo más claro se vio en la final, donde luego de alcanzar tres veces la ventaja y ante un rival que no tenía muchas alternativas para cambiar el resultado, no supo contrarrestar los cambios lógicos que haría River. El bicampeonato local quedó con sabor a poco con todo lo que tuvo. Salvo que evolucione mucho, no parece probable que tenga una segunda oportunidad.

PRESIDENTE

Daniel Angelici: 1. El enemigo duerme en casa:
La cara de la derrota y de la peor época de Boca en muchos años. La economía, su única victoria, se sigue sosteniendo gracias a la enorme e ilegal (por el estatuto del club) cantidad de socios. Su actitud tras la brutal agresión sufrida en el Monumental fue una foto clara para ejemplificar su desprecio para la institución que maneja. Es inexplicable que haya ganado dos elecciones, pero en el 2019 ya no podrá volver a presentarse y con él terminarán muchos de los problemas que tiene el Xeneize.

4 Comments

4 Comments

  1. Fernando

    31 diciembre, 2018 at 19:24

    MUY BIEN DEFINIDO: ANGELICI HIZO EL PAPEL DEL «ENEMIGO» DE BOCA. DESTRUYÓ EL SEMILLERO, Y MÁS TEMPRANO QUE TARDE LO ESTAMOS PADECIENDO. REGALÓ A 1) PAREDES, 2) COLIDIO, 3) MARONI, 4) CUBAS y tantos, tantos JUVENILES más. ANGELICI ha sido un verdadero ¡TRAIDOR!

  2. Pablo

    1 enero, 2019 at 02:42

    Loco todo bien, pero ponerle un 2 a Pablo Pérez es ridículo, es de los mejores jugadores que tenemos, tiene garra, huevo y juego, el insulto los plateistas se lo merecen por bardear a los jugadores, esos no representan al hincha. Varias veces Vi en esta página (con la que suelo coincidir) que son injustos con el capitan.

    • Torres Toranzo Luciano

      1 enero, 2019 at 10:17

      Le iba a poner un 1, pero fui bueno. Feliz 2019.

    • guitermo

      1 enero, 2019 at 18:37

      Si un jugador no se puede controlar ante un insulto en la cancha entonces que se dedique a otra cosa. En el caso de PP, la falta de control es justamente una de sus deficiencias. ¿Garra? ¿Huevo? JA, contate otro. ¿Juego? A cuentagotas…Y definitivamente no lo suficiente para Boca. Ni remotamente. Un mediocre muy débil mentalmente al que la cinta de capitán le baila en el brazo. Inentendible.
      Una muestra cabal de lo boludo que está el hincha de Boca desde hace varios años.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

More in Editorial