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Editorial

Walter Montoya, entre la insistencia y el desprecio

Angelici a la carga por Montoya

Boca busca al volante con pasado en Central en cada mercado de pases y se choca contra la negativa de la dirigencia de turno y la inexcusable falta de interés del futbolista. Pero, Walter Montoya es una fija entre las negociaciones predilectas de Daniel Angelici.

La partida de Ricardo Centurión le dejó a Boca un indudable vacío y una carencia plena de desequilibrio individual. Ricky, fue quizás, el último gambeteador nato del fútbol argentino y hoy el Xeneize adolece por la falta de un habilidoso capaz de sacarse un jugador de encima, amontonar rivales, eludir patadas y liberar caminos entre la defensa para él y sus compañeros. Esa lectura es compartida, a las claras, por Guillermo Barros Schelotto y Daniel Angelici y se pone de manifiesto con la -casi- obsesión del entrenador por repatriar Centurión y la inclaudicable manía del presidente de negociar con el Sevilla por Montoya.

En este contexto, vale repasar la carrera de Montoya, su aparición rutilante en la primera de Central, los parecidos en la intención futbolística entre aquel equipo rosarino de 2016 y la idea planteada por el «mellizo» para su Boca. Inevitablemente, se percibirán dos cuestiones: la insistencia del presidente Xeneize para negociar por Montoya con su representante en cada mercado de pases y la inexpresividad y desinterés del jugador por vestir la azul y oro.

Walter Montoya se destacó como volante interno por la derecha y se complementaba con Giovanni LoCelso. Mientras el primero aportaba el desequilibrio individual y la gambeta como arma predilecta, el segundo ponía la pelota bajo la suela, jugaba y hacía jugar. En ese contexto, el equipo de Coudet fue muy alabado por la critica periodística y el espectador neutral y los únicos reparos fueron puestos respecto del nerviosismo y el juego histérico en el que caía el conjunto rosarino por momentos. Paradojicamente, las falencias que son percibidas y remarcadas en Boca a partir de la lesión de Gago y el modelo de conducción de Guillermo Barros Schelotto con Pablo Perez como estandarte.

Montoya fue una de las figuras del Central de Coudet y esto motivo el interés conjunto de Boca y River por contar con sus servicios. En ese mercado de pases veraniego de 2017, luego de coquetear con los dos «grandes» del fútbol argentino, el volante se decantó por el Sevilla español, equipo en el que nunca se afianzó, ni logró titularizar o al menos jugar con regularidad. Las palabras de su representante, Luzzi, ya dejaban trascender su predilección hacía la vereda de enfrente. El apoderado del jugador decía en enero de 2017 que «a Montoya le tienta jugar la Copa Libertadores» y operaba, por entonces, para el club de Nuñez con quienes tiene relación desde la época de Daniel Pasarella. Incluso, negaba la existencia de una oferta formal de Boca por 6 millones de dolares, mientras intentaba ubicar al jugador en Europa. Finalmente, el jugador prefirió «pelearla» en España en lugar de cumplir un préstamo en el Xeneize como resultado de la buena relación entre Angelici y José Castro Carmona.

Hoy, nuevamente, se reflotó la posible llegada del volante rosarino a Boca como resultado de la exclusión que percibió por parte de Eduardo Berizzo, actual entrenador de Sevilla. Montoya lleva casi un año de nula actividad en Europa, disputó apenas algunos amistosos y un puñado de minutos por competencias oficiales combinando la dirección técnica de Sampaoli y Berizzo. En estas horas, el representante mnifestó que «la gente de Boca, a través de su presidente, se puso en contacto con el Sevilla y con nosotros para conocer las condiciones de Walter. Boca va a hacer una propuesta». En este contexto, Angelici planea elevar un ofrecimiento por un préstamo que sería la contracara de los intereses de Sevilla que busca venderlo para liberar un cupo extranjero. En consecuencia, Luzzi afirmó que «hay dos propuestas por escrito bastante importantes. No es lo que pretende el Sevilla, ya que el club está un poco firme en sus convicciones, pero sigue el diálogo y la negociación abierta». Las mismas serían de México (Cruz Azul) y el Inter de Portoalegre.

En otras palabras, la lectura del entrenador de Boca y su presidente es correcta: el Xeneize carece de un gambeteador, le falta un volante de esas características en el mediocampo azul y oro; y el juego del equipo lo siente. Pero, hasta cuando intentar contratar a un jugador cuyos intereses son la contrapartida de los objetivos del club y el público de Boca, un futbolista que se niega constantemente y pone trabas en conjunto con su representante y evita así sentarse en la mesa a negociar de manera firme. El jugador que llega a Boca debe ponerse la camiseta y jugar. Debe jugar y sentir como el hincha que entrega todo en la tribuna y espera, si es necesario, que el jugador trabe con la cabeza y de todo en el campo de juego, porque así lo demanda la camiseta, la hinchada y el club.

2 Comments

2 Comments

  1. Mauricio

    20 diciembre, 2017 at 13:16

    Que se vaya a cagar Montoya!
    a quien mierda le gano?

  2. Mati

    20 diciembre, 2017 at 15:49

    Cebollita subcampeón

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