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Editorial

2017, un año de esperanza para el Xeneize

Te dejamos un repaso de los puntos positivos y los negativos estos 365. Además, una conclusión sobre lo que fue y lo que debe ser de cara al futuro.

Diario Xeneize realizó un análisis detallado de lo que fue el 2017 para Boca Juniors. Nos fijamos en el fútbol, en otras disciplinas, en lo económico, en lo sentimental. También en los errores, esos que se deben cambiar para seguir soñando con más. Mirá:

A FAVOR

Consolidados: futbolísticamente el 2017 de Boca Juniors fue casi brillante. Sí, es cierto que no se jugó competiciones internacionales y que el paso por la Copa Argentina no fue el mejor. Pero a nivel local fue arrasador lo del equipo de Guillermo, manteniéndose líder durante los 365 días calendarios, período en el que se logró la obtención de un título y la punta en solitario de la actual Superliga. Además, se aumentó a 8 el récord de partidos consecutivos ganados en un arranque de torneo, algo inédito para el club en la era profesional.

Confirmaciones: Darío Benedetto demostró ser el mejor delantero de la Argentina, teniendo un promedio de gol altísimo que compite con el del propio Martín Palermo. También Wilmar Barrios, que pese a que en el principio los Mellizos no lo utilizaban, fue vital para el equilibrio de Boca. Hay que resaltar a Cristian Pavón, que ha tenido un crecimiento tremendo, demostrando una faceta solidaria que lo llevó a ser el jugador con más asistencias de la Argentina en este 2017. Ni hablar de Fernando Gago, el motor del fútbol del Xeneize, cuya ausencia aún no supo ser superada.

Esperanza: los últimos refuerzos del Xeneize parecen haberse adaptado muy rápido y se espera que aún tengan mucho margen de mejora para el futuro. Edwin Cardona, Agustín Rossi, Paolo Goltz y Nahitan Nández se posicionan como futbolistas capaces de ser claves en un 2018 en el que se va por todo.

Amor a la camiseta: muchas de las disciplinas del club que son amateur, o que cuentan con un presupuesto mínimo, han sabido demostrar todo su potencial. El futsal dio la vuelta en el torneo anual de manera épica superando al bicampen Kimberley en una serie para el infarto; también festejaron en las inferiores con la cuarta y quinta división. Además se nominó al técnico Hernán Garcías y al equipo como los mejores del año a nivel mundial. El vóley femenino regaló otra sonrisa: superó al todo poderoso San Lorenzo al dar vuelta un 0-2 en sets en el juego decisivo, celebrando un nuevo título. Ni hablar del básquet, que mientras los profesionales casi descienden, las juveniles supieron festejar en un torneo mano a mano en la que eliminaron a River en la semifinal. Se podría hablar de las inferiores en el fútbol, donde se sumaron los títulos en Quinta y Sexta, la tabla general, y también varios a nivel internacional e incluso en las infantiles, con los más chiquitos.
Merecen también un destaco otras actividades menos sonadas, como el ajedrez, karate, lucha libre, entre otras, que consiguen muchos trofeos para el club y que no son reconocidos como deberían. Por ejemplo, en el taewkondo estuvo Máximo Lafratti, elegido con el premio Xeneize al mejor deportista amateur del año. Es la estructura de trabajo, con entrenadores y captadores que están desde hace años en la institución, es la clave para sostener a Boca como un club atlético de elite, aún si ese no es el plan de la dirigencia. Todavía se puede crecer mucho en esta área, talento sobra.

Bombonera: recientemente se realizó un sondeo oficial en el que se confirmó una verdad que durante años el propio Daniel Angelici negó: el 90% de los vecinos está dispuesto a vender sus propiedades, esas que ocupan las dos manzanas detrás de los palcos, que en caso de adquirirlas, se podría cumplir el sueño de ampliar el templo. Sin dudas que este fue un gran revés para el Presidente, quien no podrá realizar ese nuevo estadio que tanto deseó y que toda la oposición criticó por el gran problema financiero – y de identidad – que le generaría a la institución en caso de construirlo.

Negocio redondo: la venta de Rodrigo Bentancur fue, sin dudas, la mejor negociación por parte de Daniel Angelici en estos seis años de mandato. Boca sumó 11 millones de euros, se aseguró el 50% en una futura venta y además puede recibir otros 4 millones de la moneda europea si se cumplen algunas cláusulas. Este es el ejemplo claro de por qué hay que darle lugar a las inferiores, y no regalarlos antes de tiempo.

Selección: el 2017 fue el año del reencuentro con el combinado nacional. Más allá de sumar varios nombres en la convocatoria por el gran nivel de Boca, como son los casos de Pérez, Benedetto, Gago y Pavón, la Bombonera fue elegida como la sede para la salvación de una clasificación a Rusia 2018 que se puso seriamente en peligro. De hecho, se confirmó que el Xeneize será el anfitrión para el encuentro de despedida del equipo de Sampaoli previo al Mundial, demostrando que para los jugadores y cuerpo técnico fue un éxito haber jugado ahí. El propio Lionel Messi se llenó de elogios para el Templo luego de disputar su primer partido ahí, confirmando todos los mitos del patio de la casa de Román. Por otro lado, el prestigio del equipo se consolidó en tener otros tantos internacionales que representan a su bandera, como son los casos de Edwin Cardona, Nahitan Nández, Frank Fabra y Wilmar Barrios.

Economía: Boca ha vuelto a tener un superávit récord en el que las arcas del club se muestran sanas. Es real que la mayoría de esos ingresos se sostienen desde el bolsillo de los socios o por las ventas, dejando muy lejano el aporte de las marcas o los sponsors oficiales de los torneos de la Argentina. Aún así, siempre es bueno que la institución pueda relajarse de tener problemas financieros, como les pasa a la gran mayoría de los otros equipos.

DEBE 

Desprecio a otras disciplinas: el casi descenso del básquet, en una serie de playout que se definió en el último juego, sumado a otro año sin el vóley masculino compitiendo en la Liga, confirman que para Daniel Angelici no existe otra actividad fuera del fútbol. Este destrato se contrasta con lo que consiguen los deportistas amateur, demostrando su compromiso y enorme talento para dejar a Boca bien parado pese a la falta de presupuesto. Sin dudas que el 2018 debe ser el año para arreglar esto, demostrando que la dirigencia puede gestionar una institución que va más allá de la pelota de fútbol, como ocurren en Europa con el Real Madrid y el Barcelona.

Fuga de talentos: Facundo Colidio era el gran proyecto de delantero que tenía el fútbol argentino. Se fue de Boca por cinco millones de euros al Inter, sin siquiera tener la chance de ir al banco de suplentes con la primera. Él, como Marcelo Torres, son el ejemplo de que la institución no trata de potenciar a los talentos que genera en sus inferiores, sino que los utiliza como recursos para generar dinero.

Deuda anímica: sin Copa Libertadores Boca solo tuvo competiciones locales para disputar en este 2018. Mientras que el campeonato, con un formato tradicional de campeonato y sin partidos eliminatorios, todo resultó brillante; en la Copa Argentina, con los mano a mano, se volvió a fallar en la estrategia y en la reacción frente a un rival que jugó a anular al Xeneize. El gran deseo de todos los hinchas es el volver a ser los mejores de América, objetivo que solo se podrá lograr si se supera esa fobia que durante años se tiene en los partidos de a todo o nada.

Lesiones: el azar juega y no siempre es favorable. Las duras lesiones que sufrieron Fernando Gago, Darío Benedetto, Sebastián Pérez, Juan Manuel Insaurralde y Leonardo Jara fueron perjudiciales para un Boca que, con ellos, quizás hubiera sacado aún más diferencia. Claro, si bien este tipo de problemas físicos le escapan al trabajo humano, las reticentes molestias de Walter Bou, Cristian Espinoza, Oscar Benítez, sí que deberían ser estudiadas por el cuerpo técnico para tratar de limitarlas lo máximo posible. Para pelear todos los frentes que tiene el Xeneize en el 2018, será clave que estos temas no ocurran, y que la moneda en esta oportunidad caiga del lado deseado.

CONCLUSIÓN

No hay dudas que el 2017 fue para Boca un año esperanzador, en el que de a poco empezó a reencontrarse con su lugar histórico. Un titulo, el liderazgo absoluto del torneo actual, una base de jugadores para confiar, otros recién llegados que generan ilusión y la posibilidad de traer las piezas faltantes para soñar con más. Hay una final contra River en el 2018, la que será la segunda desde que ambos se enfrentan. También estará el sueño de la séptima Copa Libertadores, la Copa Argentina y el próximo campeonato que aún no tiene formato. Solo queda confiar, la dirigencia, el cuerpo técnico y los jugadores tienen a su alcanza la oportunidad de transformarse en leyendas; por suerte, atrás de ellos habrá un pueblo que no parará de alentar.

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