Un repaso para lo que fue un agotador semestre que terminó con el mejor final, pero que sigue generando inquietudes de cara al 2022.
Allá por el mes de agosto, por esas incoherencias que son moneda corriente en el futbol doméstico, Boca tuvo que enfrentar dos compromisos del torneo de primera división íntegramente con el cuerpo técnico y jugadores de la reserva. Todo por aquella insólita cuarentena que debió hacer el primer equipo por el escándalo posterior a la polémica eliminación frente a Atlético Mineiro en Belo Horizonte.
Por supuesto que sin las luces de los actores habituales, y quizá con muchos nombres totalmente ajenos y otros no tanto, logró rescatar un punto de seis, ni mas ni menos que contra Banfield en el Florencio Sola y con San Lorenzo de local en una Bombonera todavía sin público. Con el agregado que antes del duelo contra el Taladro estos chicos tuvieron que jugar 24 horas antes contra el mismo rival en la categoría de reserva.
Independientemente de los resultados estadísticos que no serán mas que un mero número, los pibes de Battaglia mostraron virtudes que contrastaban con el andar irregular de la primera división comandada en aquel entonces por Miguel Angel Russo: coraje, intensidad, dinamismo y compromiso fueron algunas de estas cuestiones positivas que expusieron aún mas a los grandes; incluyendo al propio entrenador, y como se dice en estos casos, parecía que la solución estaba en casa.
Los resultados venideros, sobre todo eliminar por Copa Argentina al clásico rival, le dieron algo más de oxígeno a un ciclo que ya había quemado las reservas hacia bastante tiempo. No había vuelta atrás. Era irremontable: el consejo de fútbol con Riquelme a la cabeza – amigo intimo de Russo – decidía terminar el segundo ciclo del ultimo campeón de Copa Libertadores en el club, y darle la oportunidad al jugador más ganador de la gloriosa historia de Boca Juniors.
Sebastian Battaglia asumió como entrenador del primer equipo el 17 de Agosto del 2021 y su debut fue un auspicioso, en un partido frente a Patronato que Boca ganó con un desborde de Zeballos y definición a la red de Luis Vázquez. Aquel día el equipo mostró algunas credenciales futbolísticas que se le habían visto al dirigir la reserva.
A partir de allí sumó un invicto de ocho encuentros, con5 victorias y 3 empates. También disputó una nueva ronda de Copa Argentina donde dejó en el camino a Patronato, al mismo rival de su debut. La racha positiva se terminó con un 2 a 1 frente a River en el Monumental, que comenzó a sembrar las primeras dudas en los hinchas en términos de capacidad y lucidez para enfrentar compromisos de cierta envergadura en el banco de Boca.
Luego de otras tres victorias al hilo frente a Lanús, Huracán y Godoy Cruz, el equipo volvía a mostrar su peor cara frente a un equipo importante como Vélez en el Amalfitani. Posteriormente contra Gimnasia de La Plata de local, en una jornada especial en la que se recordó a Diego Armando Maradona en su cumpleaños, el equipo tampoco apareció.
Mientras tanto, Boca seguía avanzando por Copa Argentina y era finalista, ya que eliminó en semis a Argentinos Juniors ganándole por 1 a 0, victoria que llegó tan solo 5 días después de la derrota contra Gimnasia en La Bombonera.
A estas alturas ya habían instalado infinidad de rumores en los medios: trompadas en el vestuario, indisciplinas, que Battaglia estaba enemistado con Riquelme, danza de nombres de técnicos para diciembre. En fin, cuestiones que los hinchas de Boca conocen al detalle porque es con lo que toca lidiar en los medios.
Sumado a esto, ya sin chances de pelear por el campeonato, la posición en la tabla general que definía los ingresos a las copas no era la ideal, y menos aun teniendo en cuenta que el equipo no era nada confiable. A partir de ahí la situación se tornó preocupante.
Dos victorias frente a Aldosivi y Sarmiento fueron la antesala de, otra vez, lo que sería la decepción frente aun enfrentamiento contra un equipo importante. En esta ocasión fue ante el Independiente de Falcioni en el Libertadores de América, partido en el que no se regaló nada y en el que Battaglia decidía rotar el equipo a 14 días de la final de la otra Copa Nacional. El desarrollo mostró un duelo parejo desde el trámite, pero que se terminó quedando el rojo por 1 a 0 por ser más efectivo. La caída despertó más críticas para el técnico, todas centradas en una pregunta: ¿“Estuvo bien la rotación?”.
El doble empate frente a Newells (0 a 0) y Arsenal (1 a 1) nuevamente ponían en el ojo de la tormenta a Battaglia, que se complicaba en la tabla pero, que gracias a algunos resultados del resto de los equipos, se aseguró que Boca clasifique a la zona de repechaje de la Libertadores 2022. Noticia que trajo un poco de tranquilidad de cara a la final de la Copa Argentina.
Cabe destacar que en todo momento los mayores cuestionamientos, mas allá de resultados, se dieron en base a su poca lucidez a la hora de mover el banco, en la elección de algunos intérpretes y la toma de decisiones respecto a jugadores que definitivamente no comprenden el club en el que están. El foco estaba en el juego y el desarrollo de los partidos.
Finalmente llegó el día de la final contra el Talleres del Cacique Medina en Santiago del Estero. El partido se disputó con nulo juego por parte de ambos, pero plagado de nervios y pierna fuerte. Boca quedó con 10 por la expulsión de Ramírez. Pese al hombre de menos todo se definió desde los penales, donde se lució nuevamente Agustin Rossi tapándole un penal a Fértoli.
Se logró una nueva estrella para Boca y para Battaglia, que la consiguió ahora desde el banco, y con un doble alivio por conseguir el pase directo a la fase de grupos de la Libertadores, el otro gran objetivo que le quedaba al club en este año.
Repasando todo el ciclo Battaglia hasta aquí: dirigió 21 partidos entre Copa Argentina y campeonato local, de los cuales ganó 11, empató 6 (aquí se contabilizan la eliminación a Patronato y la final de ayer) y perdió 4. Su contrato finaliza en diciembre y la inquietud es si ¿alcanzará para darle continuidad este rendimiento? ¿Es el elegido para encabezar el proyecto futbolístico que pretenden con Román a la cabeza?
Esta interrogante es la principal entre los hinchas, pero que en cuestión de días podremos tener resueltas en base a la evaluación que se haga puertas para adentro. Lo cierto es que el ciclo Battaglia desde los resultados no fue malo, mas bien todo lo contrario. Ganó una copa que Boca hacia seis años no levantaba, título que tuvo el plus de de haberse conseguido dejando en el camino a River, cuando todavía estaba Russo. Seba, además, cumplió el objetivo de ingresar a la Copa Libertadores. Pero el saldo negativo son las irregularidades que fue mostrando en el armado del equipo y, particularmente, donde él como cabeza de grupo tuvo que tratar cuestiones futbolísticas y extrafutbolísticas.
Mientras que se espera cómo será el armado de Boca para el 2022, ya se llegó al final de un semestre que tenía un clima adverso y con el ultimo esfuerzo de un plantel muy cansado mentalmente. Se hizo con el inagotable apoyo del hincha que siempre está. Se pudo sacar adelante, se sumó un título, se clasificó a la Libertadores y eso, al menos para quién redacta estas líneas, es para destacar.
Fernando
10 diciembre, 2021 at 01:53
Muy buena la nota 👏
Guillermo
10 diciembre, 2021 at 03:02
A pesar de todas las críticas con mala leche que hacen los anti-Boca y los operadores de Macri-angelici, el año de Boca fue muy bueno. No solo por lo que se ganó, sino por el contexto totalmente adverso en que se consiguieron esos éxitos.
Se eliminó a riBer dos veces, se sumó otro título local y se asentó una camada de pibes en la reserva que tienen un futuro brillante y son patrimonio del club.
En la copa libertadores tuvieron que robarle escandalosamente dos partidos para poder dejarlo afuera. Si no era así, yo no sé que hubiera pasado. En el plano local, hicieron todo lo posible para joder a Boca. Desde hacerlo jugar con la reserva dos partidos, hasta los arbitrajes ( como ejemplo, el partido con riBer y la final con Talleres). El partido con riBer por la copa argentina se programó a de un día para otro, a pedido de riBer y en el peor momento para Bioca. Luego la sanción desmesurada de la conmebol para los jugadores de Boca. Que yo sepa, no hubo sanción para el Mineiro.
Y a pesar de todo eso, se clasificó para la copa y se ganó un título más.
Y lo más importante, que Boca vuelve a ser un club de fútbol, para los hinchas y los socios. El más popular de la argentina, el que nunca descendió y el que más títulos ganó.
Y dejo para el final una mención especial a los payasos de angelici, que andan siempre esperando el menor tropiezo para salir a tirar mierda. Son tan imbéciles que ni cuando Boca sale campeón son capaces de disimular un poco, y muestran la hilacha con una inocencia que enternece.
Esa gente manejaba el club. Que no vuelvan nunca más.
Sergio
10 diciembre, 2021 at 09:55
Como rebientan la pelotas con el binguero inecto ya fue lo pelotudiarion entre domingue$ y donfrio varios años.
Esto no puede volver a pasar a loscdirigentes actuales.
Los enemigos son los de Nuñez en complot con los medios deportiBos y la conmeBol.
Nicolás
10 diciembre, 2021 at 11:05
Pienso que BATTAGLIA debe seguir. Agarró a Boca casi último y lo llevó a ganar la Copa Argentina y ocupar los primeros lugares.
Depurados Zambrano, Villa y Cardona, con los pibes (verdadero tesoro que tenemos) y alguna compra, si se lo deja trabajar CON TRANQUILIDAD BATTAGLIA DEBE SEGUIR