Los fantasmas detrás de la renovación de Tevez

Diario Xeneize te trae el trasfondo de la negociación, los dichos cruzados, lo que no se dice y algunas verdades solapadas.

La novela sobre la renovación de Carlos Tevez volvió a sacudir el Mundo Boca cuando se pensaba que los días oscuros habían pasado y la tranquilidad podría volver al club. A continuación, vamos a repasar la génesis del conflicto, el trasfondo político, las diferencias económicas entre las partes, las acciones que motivaron los cruces mediáticos, la postura de la dirigencia y los escenarios posibles.

La raíz del conflicto: la política del club

La dirigencia actual de Boca no le perdona a Carlos Tevez que se haya prestado abiertamente para el juego político en la reelección de Daniel Angelici, en 2015, así como en los pasados comicios cuando apoyó a Gribaudo, el candidato oficialista. De hecho, esta enfática postura a favor del presidente saliente y sus declaraciones belicosas contra Juan Román Riquelme en el pasado han puesto a Carlitos en el centro de la escena política y mediática del Xeneize.

Como un juego del destino, la primera gran preocupación de la dirigencia, luego de asumir en diciembre de 2019, fue la renovación de Tevez. Al entrar al club, observaron que existía una cláusula que el jugador podía ejercer en AFA para extender su vínculo por seis meses más. De esta manera, con el apoyo incondicional de Russo, la titularidad en el torneo y la obtención del título, se solapó un problema y se escondió el polvo bajo la alfombra.

En definitiva, los fantasmas de una manipulación de Angelici por las acciones a las que se prestó Carlitos en el pasado y sus declaraciones contra un referente y miembro de la actual conducción como Riquelme estarán siempre sobrevolando el barrio de La Boca. Pero la firme convicción de respetar a los ídolos con la que esta dirigencia ingresó al club hará que se solapen y perdonen acciones. Lamentablemente, estos conflictos sin resolver volverán una y otra vez como réplicas de un temblor para dar cimbronazos a la estabilidad del club.

La renovación de contrato y la recurrencia del conflicto

Para contextualizar: Tevez volvió a Boca en 2015, cuando era la figura de Juventus -subcampeón de Champions League- y con la necesidad de Daniel Angelici de recuperar la confianza del socio. En ese momento, la situación económica del país era otra y resultaba lógico que se le ofreciera un contrato de ese tipo a un jugador de 32 años con propuestas millonarias en el fútbol europeo. Y así fue.

Hoy la actualidad de Tevez es distinta. Carlitos es un jugador que ha demostrado que le cuesta físicamente y ha tenido arranques de temporada lentos. Pese al enorme nivel mostrado en el cierre de la Superliga, el delantero prácticamente no jugó con Guillermo Barros Schelotto ni con Gustavo Alfaro y podría volver al ruedo con 36 años y un parate de cuatro meses al día de hoy, pero con la posibilidad latente de que sean seis (las especulaciones más optimistas ubican el inicio de temporada en septiembre/octubre).

En este contexto, el Consejo de Fútbol le hizo llegar a Tevez un ofrecimiento por un año, con posibilidad de extenderlo por seis meses más. La suma (NDR: No nos parece acertado hablar de dinero en este contexto social y económico de la Argentina) es muy inferior al último contrato firmado por la conducción de Angelici, aunque seguiría siendo el jugador mejor pago del plantel, como su trayectoria y su idolatría lo ameritan. En consonancia, desde el entorno de Tevez la rechazaron e hicieron una contraoferta que desde Boca consideraron muy elevada.

Las declaraciones de la discordia

Raúl Cascini fue compañero de Tevez en Boca, y ambos obtuvieron las Copas Libertadores e Intercontinental en 2003. Desde esa relación, y pese a su rol actual como miembro del Consejo de Fútbol, el Mosquito apuntó a Tevez y lo trató como «exjugador». La intención de Raúl Cascini era llamar la atención de Tevez, darle un tirón de orejas, ubicarlo en el contexto actual y hacerlo recapacitar con respecto al pedido elevado que había realizado para sellar su renovación.

En el seno de la dirigencia xeneize consideran que las demandas económicas de Carlitos son excesivas, que no les reconoce su labor a la hora de respetarlo como jugador y referente del club y que su accionar no es coincidente con sus declaraciones previas, en las que manifestaba que su contrato «se arregla en cinco minutos».

El contraataque de Tevez

El Apache siempre tuvo cruces mediáticos desfavorables, eligió malos momentos para hablar, lanzó dardos en distintas direcciones y fue partícipe necesario de algunas peleas y declaraciones cruzadas. Pero Carlitos dio una entrevista en la que aseguraba que tenía decidido renunciar a su sueldo para donarlo a una ONG y que había aceptado las condiciones económicas de la oferta de Boca, pero había pedido cambiar la duración del contrato. Estas fueron celebradas por el público en general como una muestra de madurez, inteligencia y un intento de bajar el tono.

Asimismo, estas declaraciones no cayeron bien en la dirigencia porque tenían otra información respecto a la decisión de Tevez. En Boca sienten que Carlitos manipuló a los hinchas al descartar el aspecto económico de la negociación, que, en realidad, siempre fue el eje de la discordia. De hecho, el pedido de bajar la duración del vínculo a seis meses no incluiría una rebaja en la oferta económica inicial, por lo que Tevez pediría cobrar el mismo dinero ofrecido en un año, al cabo de sólo un semestre. Esas palabras resonaron en Bermúdez, quien salió erróneamente a expresar su malestar en las redes sociales. De este modo, Tevez, quien nunca fue un hábil declarante, dejó en offside a Boca como institución, a la nueva dirigencia, a Bermúdez y a Cascini.

¿Cómo sigue la negociación?

Por estas horas, la continuidad de Tevez en Boca es un misterio y está llena de contradicciones. En primer lugar, la dirigencia no le perdona su rol político, pero defienden plenamente su figura como ídolo y no van a romper su promesa de campaña de respetar a los estandartes del club. Desde ese lugar, están dispuestos a ceder y mejorar la oferta, aun estando lejos de las exigencias de Carlos y su agente. Esta dirigencia está decidida a mandar un mensaje de austeridad al resto del plantel y bajar línea para las negociaciones futuras.

Por su parte, el Consejo de Fútbol está decepcionado por su accionar, los expuso de la peor manera, consideran que faltó a su palabra o tergiversó algunas situaciones, y corrió el eje de la discusión. Además, Bermúdez y Cascini equivocaron los medios a la hora de declarar, no respetaron sus funciones y se expresaron por carriles que no son los institucionales, con lo cual cometieron una novatada o se dejaron llevar por las emociones. De todos modos, los integrantes del Consejo fueron jugadores y respetan a Tevez por su condición de excepcional futbolista y le guardan el mismo cariño de sus primeros pasos en el club de la mano de algunos de ellos. Por ello, aunque no hayan cuidado las formas, seguirán insistiendo en la renovación y buscarán la manera de pulir los modos y limpiar ambas imágenes.

Finalmente, en lo que respecta a lo contractual, Boca mejoró su oferta inicial, pero está muy lejos de lo exigido por Tevez en materia económica. El Consejo de Fútbol insiste en el año de duración del contrato porque saben que la actividad no volverá pronto y que a Tevez le costará el retorno. Además, consideran que, de ser necesario, pueden extenderlo seis meses más para darle toda una nueva temporada, con características más regulares que la actual, para que pueda retirarse en el club de sus amores y lo haga dejando una buena imagen.