Nuestra mirada de un tema poco discutido y que debe ser revisado de cara al sueño de que el equipo vuelva a ser todo lo competitivo que pueda.
Boca Juniors padece futbolísticamente los partidos clave desde hace muchos años. Para peor, estos suelen ser ante River Plate, que quizás se encuentre en el mejor momento de su historia moderna en cuanto al juego. Es que, si bien se puede siempre poner sobre el tablero las cuestiones externas, relacionadas al arbitraje y al VAR, el foco de esta crítica está centrado en el Xeneize y los motivos deportivos que lo están llevando a equivocarse.
Alfaro y Barros Schelotto son diferentes, está claro; aunque, a la vez, tienen muchas similitudes: los dos tienden a entregar la posesión y salir de contra. Ambos han preferido anular a laterales rivales antes que incomodarlos, con jugadores de ataque -como Villa, Pavón o Soldano- retrocediendo para que Casco o Montiel no suban. Sí, el actual DT logró mejorar lo defensivo, fue menos largo para marcar y no dio tantos espacios en las transiciones luego de pérdidas en ataque. También hizo de la pelota parada un arma importante, algo que en el ciclo anterior parecía subestimarse. Pero tanto él como Guillermo han caído en un mismo error clave: sus equipos atacan de manera improvisada.
Cuando uno ve los Superclásicos siempre tiene la sensación de que River está mejor físicamente y de que sus jugadores tienen una técnica más depurada. Ese efecto visual puede ser cierto en algún caso puntual, pero más que nada es parte de la falta de trabajo a la hora de atacar. Y no apuntamos a dónde se para un equipo en el campo, a si este tiene características más defensivas u ofensivas, ni tampoco a si genera desde la posesión o desde la transición; lo que señalamos es la ausencia de herramientas para poder lastimar con mayor eficacia, sea cual sea la idea para avanzar.
Si River recupera alto por presión, generalmente suele lastimar o incomodar. Cuando Boca lo hace -que, por diseño, es más raro que robe en salida-, no daña. ¿La razón? Porque ellos siempre saben dónde van a estar ubicados sus compañeros, al ganar tiempos de control y de pase. Usemos a Bebelo Reynoso de ejemplo, un jugador que técnicamente no es menos Exequiel Palacios, pero que no se luce tanto por lo que tarda en decidir y por cómo lo hace. Más allá de los errores individuales o la mala lectura, esto tiene que ver con los movimientos de desmarque sin pelota de sus compañeros, quienes rara vez suman a la jugada, generando dificultad a la hora de darle continuidad a la posesión o provocando pérdidas en zonas sensibles.
Esos movimientos sin pelota no son solo para desmarcarse y para que la tenencia siga siendo propia, también sirven para generar distracciones y ventajas a los compañeros. Un ejemplo claro se vio en una contra, durante el primer tiempo, en la que Alexis Mac Allister, acorralado por Bebelo y esperando una diagonal de Ábila que nunca llegó, terminó perdiendo la pelota en la que pudo ser una clara situación de gol. Si bien este es un ejemplo muy claro, son situaciones que se repiten en menor escala y que vuelven a denotar la falta de trabajo. Durante la era de Arruabarrena había una consigna clara: cuando el extremo se cerraba, el lateral se abría, o viceversa. Eso generó muchísimas de las situaciones de gol que tuvo ese equipo. Si bien era algo básico y nada excepcional, era parte de una consigna de cómo tener armas para atacar y explotar virtudes, algo que con Guillermo se vio en lapsos pequeños y que con Alfaro se ha notado aún menos. El no generar este tipo de situaciones y ayudas provoca que el peso ofensivo dependa mucho de la inspiración o del arresto individual para poder desnivelar.
Boca roba y busca la transición rápida. Hasta ahí el plan sale a la perfección, pero luego, a la hora de atacar, la improvisación queda al desnudo. Mac Allister traslada, Wanchope espera como pivote y tarda en ser pase, mientras que Bebelo se acerca para buscar una pared encerrando a Alexis. Así, se facilita el robo para Martínez Quarta.
Es que el no tener herramientas de ataque lleva a improvisar. Guillermo dependía mucho de Benedetto y de Pavón en la ofensiva; también con Barrios en la ofensiva, pero ese es otro foco que hoy no está en debate. Hoy con Alfaro pasa algo parecido, pero con el agravante de que tiene un plantel con menos poder de fuego que el Mellizo. Franco Soldano llegó para suplir al Pipa, pero ante la lesión de Salvio y el exagerado respeto por River de parte del entrenador, el delantero de área terminó siendo la opción para reemplazar a Kichan, lo que marca una doble devaluación con respecto al semestre anterior.
Hoy, cuando los laterales de Boca están en duda, se puede ver cómo en River se busca que Montiel quede muchas veces mano a mano con su contrapunto, algo que él, con todas las limitaciones que tiene, intenta aprovechar al encarar. Si ellos al jugador de menor capacidad le crean jugadas, ¿cómo puede ser que nunca Alfaro haya buscado potenciar a Fabra y su subida? Si ya es algo generalizado que el equipo casi no haga pesar a sus marcadores de punta, cuando lo hace suele hacerlo mal, dejándolos aislados y con desventaja numérica.
La jerarquía pesa. Por algo Boca con Alfaro y con Guillermo han peleado torneos y llegado lejos en las copas. Pero, cuando la paridad es similar, como pasa con River, pesa el trabajo. Mac Allister puede inventar jugadas con mayor facilidad, pese a improvisar, contra rivales menores. Pero, si lo hace en un Superclásico, le va a costar otro esfuerzo, como le pasó ayer, y por eso en el complemento quedó agotado. Por su parte, a Nacho Fernández, a medida que avanzaba el juego, se lo veía aún con más energía por no tener que desgastarse en lo individual. Su tanto, el del 2-0, es casi una acción de memoria y con muchos involucrados en lo colectivo; mientras que Alexis, quien protagonizó casi todas las acciones ofensivas del Xeneize, siempre tuvo que resolver por él mismo. De nuevo, ¿qué tanto se busca que el equipo genere ventajas o aproveche lo que sus mejores futbolistas logran desde su impronta?
Boca debe dejar de improvisar en ataque para poder defender mejor, para que la pelota no le vuelva más rápido, para potenciar a sus jugadores y para minimizar a rivales. No pasa por la idea ni la táctica, no es un debate de ideología futbolera, es el marcar las falencias sobre una de las dos facetas trascendentales del juego, una que viene fallando y que anula todo lo otro bueno que se pueda realizar, sin importar el estilo del entrenador.
Ricardo
2 octubre, 2019 at 21:03
Muy buen análisis de la editorial. Adhiero el comentario
Pablo A.
2 octubre, 2019 at 21:14
Genial descripción!! Coincido totalmente y si me permitis agregarle algo, no estaría mal volver a lo básico, que cada jugador juegue de lo que es. Si es volante, que juegue de eso y si es delantero que juegue de eso y mucho más aún si es creativo que juegue para inventar jugadas, no para destruir juego del rival. Ésta racha interminable se va a terminar cuando volvamos a las fuentes, a lo básico del fútbol y tengamos un cuerpo técnico y un grupo de exjugadores leyendas que le transmitan a los jugadores lo que es morir en cada pelota con la azul y oro puesta
Nico
3 octubre, 2019 at 03:57
Perfecta editorial.
Gran detalle. De alfaro guillermo y arruabarrena, quien me creo mas situaciones claramente fue el vasco. Es mas giglioti hizo un gol habilitado (hoy con el bar se lo daban) y la gente se acuerda del penal que le atajó barovero. Pero ni del gol mal anulado «que injusticia».
El equipo de guillermo tenía a barrios a mi gusto un gran recuperador de pelotas.
Alfaro tiene poderio aéreo.
Pero definitivamente el del vasco fue el que mejor fútbol jugó. Es la realidad.
Si alfaro queda afuera se va junto con angelisi y burdiso. No se si que se vaya es la solución.
Ahora. En materia de refuerzos y armado de plantel. Cardona porque se fue? Hay puestos que naturalmente no tenemos jugadores ej. Sector izquierdo.
Burdisso tiene mucha responsabilidad en esto.
Sergio
2 octubre, 2019 at 22:16
Luciano
Yo te pregunto que haces si a los 3 minutos le dan un penal enesistente a tu rival y todas las divididas te amonestan un jugador.
Todo lo que planificas se te cae .
El problema esta en la conmeBol no quieren que BOCA le gane riBer van a buscar la forma de cagarlo.
Jacob
2 octubre, 2019 at 22:25
Fue penal igual . Pero no revisaron la de pinola que era para roja
Jacob
2 octubre, 2019 at 23:48
Me retracto antes del penal de MÁS en la misma jugada de la cruz se lleva la pelota con la mano y tira el centro . Nos cargaron con el VAR . Así no se puede
Torres Toranzo Luciano
3 octubre, 2019 at 16:44
Sergio, ¿cómo andás? Te respondo: sí, tenés razón. Pero la nota justamente no se centra en planteos, parados tácticos o estrategia. Sino que se nota que Boca tiene problemas para atacar, algo que le afecta a lo que vos decís y a otras partes del juego.
Sergio
3 octubre, 2019 at 22:34
Hola LUCIANO.
Recien hoy la veo tu respuesta.
Por empezar sos muy amable en responder tu parecer.
Pero yo sigo insistiendo en otro cosa.
Este pensamiento ya lo publique en otra nota de este medio.
Tigre como nos gano sin ayuda de referis,sustacias prohibidas,tribunal de diciplina,
fingir faltas , sin los medios monopolicos que emiten el futbol.
Y lo mismo paso en como nos gano Almagro.
Los dos equipo con sus limitaciones nos ganoron y esta todo barbaro y reglamentariamente.
Este es el punto riBer hace cuatro años que en todos los partidos recibe una ayuda de los referis,Bar, la conmeBol de los medios monopolicos que tienen los derechos del futbol.
Todo este robo organizado en contra se BOCA en los partidos jugados con riBer empezo cuando.
Angelici quiso armar la liga de clubes de Sudamerica.
Y tambien desde que riBer quedo afuera de la Afa.
Y se complico mas al ir BOCA al Tas y hacer un reclamo futbolistico y reclamo de dinero.
Mi conclucion es riBer nunca te gano reglamentariamente ningun partido.
Si riBer nos gana como nos gano Tigre y Almagro entonce voy a empezar a pensar que el problema es de nuestro juego.
Yo no voy avalar ninguna clase de robo y nada que sea antireglamentaro
Oscar
3 octubre, 2019 at 05:28
Excelente, por fin un medio partidario con ideas y opiniones que hacen al juego. Tengo la sensación que hace mucho tiempo que el mundo Boca no discute e intercambia conceptos del fútbol juego.
Guillermo
3 octubre, 2019 at 06:57
Coincido con el análisis en general. A Boca le faltan variantes de ataque. Pero por el contrario, tiene una seguridad abajo que hace tiempo no tenía y que te hace ganar partidos, tanto como lo puede hacer tener muchas variantes ofensivas. A veces no se puede tener todo.
Pero que Boca no tenga variantes ofensivas, para mí no es la causa de la derrota. Ni no tener posesión de pelota. Ayer con variantes y posesión perdíamos igual. Si te cortan con foul y no pasa nada, si cualquier roce en el área de Boca es penal para riBer, es imposible ganar, juegues como juegues.
Si el var no daba ese penal a los 3′ minutos, cobrado con 3′ de retraso ( qué pasaba si en el medio había un gol de Boca?), el primer tiempo terminaba 0 a 0 y con un trámite parejo. Y seguro que el partido no terminaba 2-0 en contra. Ni hablar si expulsaban a Pinola.
Y hoy estaríamos hablando de otra manera de la revancha.
Te puede gustar más o menos el estilo de Alfaro. Es opinable. A mí, me gusta. Prefiero la solidez defensiva sacrificando variantes de ataque a tener mucho poder de fuego y sufrir con cada ataque rival. Boca está primero invicto en el torneo, jugó contra riBer y San Lorenzo y tiene un solo gol en contra. El partido de el martes fue un robo, esa es la primera impresión, el orden cero de aproximación a un análisis. Después se puede hilar más fino. Pero mi impresión es que el martes cualquiera perdía, haciendo lo que hiciese.
En todos los partidos (8) se ha usado el var para beneficiar a riBer. A cruzeiro le anularon un gol válido y le cobraron un penal insólito en el final del partido. Es un escándalo. Si en un solo partido de Boca hubiera ocurrido eso estaría todo el país hablando del robo
Torres Toranzo Luciano
3 octubre, 2019 at 16:46
Guillermo, respeto que te guste más una cosa que la otra. Pero, como puse en el texto, acá no se trata de ser ofensivo o defensivo. Sino de que Boca, cuanto ataca, le faltan herramientas y eso lo perjudica. No importa si jugás de contra, pero, sí lo hacés, estaría bueno que esté más trabajado cómo explotar esas transiciones que se generan. Abrazo.
Guillermo
3 octubre, 2019 at 17:31
Tenés razón en ese punto. El análisis me pareció muy bueno, a lo mejor de lo que escribí no parece eso, es la bronca que tengo después del afano del martes. Un abrazo
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Jorge
3 octubre, 2019 at 12:03
El equipo del Vasco Arruabarrena fue sin dudas el que mejor jugó en este ultimo tiempo, perdió con la gallina pero también se la culió y más de una vez. Recordemos como dijo Nico el gol legal que hizo Gigliotti y además la corrupción de Conmebol lo perjudicó y dejo afuera. Se necesitan técnicos así que hagan jugar bien al equipo tipo Gareca y el Vasco.
Dan
4 octubre, 2019 at 07:20
Excelente análisis. Es así tal cual lo que vemos todos…. La pregunta es. Si periodistas, hinchas y meros observadores del fútbol vemos esto…. Cómo carajos no lo ven los dirigentes y los técnicos?????. Ojalá pronto pase todo este martirio y llegué gente con visión futbolera. Abrazo a todos los bosteros.
juano
4 octubre, 2019 at 09:02
Estoy de acuerdo con tu comentario,agregaría que todos los descargos por arbitraje/Conmebol no los haríamos si al menos jugáramos bien de forma coordinada, Pero también hay un tema No Menor que es que los mediocampistas trasladan mucho la pelota , la gambeta si no es por sorpresa no sirve ya te conocen todos, es increíble que el DT permita que Zárate/Reynoso y varios más trasladen tanto la Pelota, Carlitos hacía lo mismo y aprendió, pero no juega, a un jugador veterano lo peor que podés hacerle para su físico es dejarlo sin jugar, necesita mas que nunca tener ritmo de juego, y encima es nada menos que Teves